Por Johana O’Phelan
Con el tiempo, el deporte nos ha enseñado que muchos de sus participantes deben estar preparados físicamente para cualquier competición. Sin embargo, ¿se piensa lo mismo de la preparación psicológica? Pocas veces nos preguntamos si estos casos, donde un deportista sufre problemas bajo los efectos de la presión social que conlleva participar en eventos de alta importancia. La presión y la tensión en el campo deportivo son inevitables, pero esto no quiere decir que se deba pasar por desapercibido este tipo de situaciones.
Un ejemplo reciente de ello, es el caso de la deportista olímpica Simone Biles quien es representante del equipo estadounidense de gimnasia. Pues este pasado 28 de julio del 2021 en Tokio 2020, se comunicó que Biles no sería partícipe de las dos finales en la disciplina de gimnasia artística. Esto como resultado de toda la presión que sentía, por variables como las competencias sin audiencia, el año 2020 – que este fue horrible para todos por las razones que ya conocemos – y otras más, esto dicho en una conferencia de los Juegos Olímpicos realizados el presente año. Biles, al llevar todo este peso encima, tomó la decisión de no jugar en la competición en equipo y, consecuentemente, también en la final individual.
Igualmente, esto derivó a un debate por su decisión entre los fanáticos del deporte y los especialistas. Según el psicólogo deportivo Germán Diorio, entrevistado por CNN Deportes, dijo que este no era el primer caso de presión social o de salud mental en el deporte. Asimismo, Michael Phelps – nadador olímpico estadounidense – mostró su apoyo a Biles en redes sociales ya que lo vivió en su momento. Phelps opinó que el 2020 fue un año que favoreció a los deportistas, pero que desgraciadamente también los hirió. Porque un año más de preparación para una persona, te ayuda a mejorar físicamente pero a veces te cansa mentalmente. Tiene sus beneficios y sus consecuencias.
Estos efectos en la salud mental, afectan en la conducta y desempeño del deportista. Como en muchos casos, ataques de pánico, mal desenvolvimiento, entre otros. Es decir, tiene un impacto mayor o igual que el de una persona que no necesariamente pertenece al ámbito deportivo profesional.
Es por ello, y desde mi punto de vista, cada selección tuvo que realizar un seguimiento a sus jugadores para evitar a mayor gravedad los efectos que tuvo en ellos la cuarentena. Aunque algunos países ya realizan este tipo de procesos, otros aún no. Por lo tanto, capaz hasta se hubiera evitado incidentes o decisiones, como la de Biles u otros deportistas que han experimentos este sentimiento. Ellos no solamente nos representan deportivamente sino también en todos los aspectos posibles, y por esta razón deben recibir el mayor cuidado para desarrollarse de la mejor manera.
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