Por: Johana Cabrera Cigarán
El fútbol femenino en Perú no es profesional, pero Alianza Lima trata a sus jugadoras como tales. En realidad, ellas mismas actúan así. Lo demuestran llegando al campo a las 6:30 am para entrenar de 7 a 9. ¿Por qué tan temprano? Pues, en gran parte, por el mismo hecho de que la disciplina no sea profesional. Las futbolistas peruanas, al no poder vivir de la práctica de este deporte, después de entrenar tienen que hacer sus actividades individuales, ya sea trabajar o estudiar. En algunos casos deben acomodarse para realizar ambas cosas.
Conversamos con Sisy Quiroz, jefa de la división femenina de Alianza Lima, puesto que ocupa desde marzo del 2020. “Hemos realizado un plan estratégico de cuatro años”, menciona. El primer objetivo de la institución es convertir al fútbol femenino en un producto atractivo, para lo cual tienen que generar visibilidad. ¿Cómo haces eso en plena era digital? Exacto, aprovechando el poder que tienen las redes sociales. Eso explica por qué el equipo femenino de AL tiene sus propias cuentas de Instagram —creada en julio del 2020 y que actualmente cuenta con más de 51,000 seguidores—, Twitter y Facebook.
Ser un producto atractivo abarca también ser un producto de calidad, lo que involucra darle a las jugadoras condiciones dignas, como canchas en buen estado, entrenamiento constante, suplementos y apoyo psicológico. Desarrollar la parte física también tenía una labor importante, pues muchas de las jugadoras que llegaron al club antes entrenaban 2 o 3 veces a la semana, lo cual no es suficiente si se quiere lograr objetivos. Por ello, en Alianza entrenan 6 veces a la semana, para desarrollar al máximo sus habilidades.
Uno de los objetivos deportivos que tiene la institución con su equipo femenino es mantenerse como protagonistas, cosa que están logrando desde su primer año: lograron salir campeonas nacionales y obtener su cupo a la Copa Libertadores. “Es un super reto. Estamos yendo con refuerzos para poder incrementar el nivel de juego”, menciona Sisy al respecto. Seis equipos peruanos han participado anteriormente en el certamen, siendo White Star el que más partidos ha ganado: 2 en total. Fue en la primera edición del torneo, en el 2009. Teniendo en cuenta que históricamente no ha habido una buena participación peruana, el equipo blanquiazul ha invertido y ha reforzado su plantel con el préstamo de las jugadoras colombianas Diana Ospina, Fabiana Yantén, Sara Martínez y Wendy Bonilla, quienes han tenido mayor experiencia.
El proyecto de Alianza Lima también busca romper paradigmas en los medios de comunicación. Según Sisy, menos del 3% de las noticias publicadas en periódicos deportivos digitales abordan el deporte femenino, lo cual tiene un impacto negativo. Si una niña está interesada en hacer deporte pero ve que solo informan acerca de hombres, no se sentirá representada, pues no visualiza que una mujer puede hacer actividades deportivas, lo cual complica el desarrollo de la mujer en el deporte.
Para ello se enfocan en realizar acciones que llamen la atención, como el hecho de que el equipo masculino haya usado camisetas con dorsal y nombre de jugadoras del plantel femenino en un partido de la Liga 1. “Definitivamente si el equipo masculino tenía el nombre de las chicas en su camiseta, los periodistas y los hinchas iban a tener que hablar de eso”, señala Sisy. Así, no solo le daban un reconocimiento al equipo femenino por su reciente campeonato, sino que también generaban que las personas sientan curiosidad en saber el motivo de esta acción, lo cual indirectamente haría que se informen al respecto.
Sin duda, el trabajo que viene realizando Alianza Lima ayuda muchísimo al desarrollo del fútbol femenino en el país. Sin embargo, Sisy es consciente de que no sirve de nada que solo el club se desarrolle y termine generando una brecha con las otras instituciones. “El conocimiento está para compartir. Tenemos que crecer en bloque, apoyándonos unos a otros”, sentenció Quiroz.
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