Por Sebastián Guerra
No necesito de guerras para imponer su nombre como sinónimo de conquista; solo necesito de partidos de fútbol. No montaba a caballo tampoco. No comandaba tropas y ejércitos; tenía a su cargo un equipo de hombres que tan solo pateaban un balón. Nunca necesito de la violencia; solo un juego vistoso que traspasaba los conceptos tan simples de victoria y derrota. Su nombre se escuchaba por el mundo entero y cada vez que pienses en él estarás pensando con respeto y admiración. Su nombre no es en realidad Napoleón; es Marcelo. No apellida Bonaparte, sino Gallardo. No comandó a Francia, pero sí a su querido River Plate.
Marcelo Gallardo supo lo que es jugar en un gigante sudamericano como River. Líder de una orquesta maravillosa que tocó numerosos años, su nombre era sinónimo de clase y elegancia. Marcelo Daniel Gallardo fue apodado “Muñeco”. Como futbolista fue notable y su nombre ya era homenaje a la victoria. De hecho, como jugador ganó 8 campeonatos con River Plate para luego pegar el salto al Mónaco de Francia, donde rápidamente se hizo con el crédito de ser la figura del equipo.
Sus últimos años de carrera los dedicó a estudiar para ser entrenador y coincidió con Matías Biscay, su hoy asistente técnico. Dirigió al Nacional de Uruguay y fue campeón en su primera temporada. En 2014, tras la salida de Ramón Blanco del equipo rioplatense, el mismísimo Enzo Francescoli lo anunció como el nuevo entrenador del elenco blanquirrojo. Ese fue el momento crucial. Iniciaría una autentica revolución.
Su primera etapa significaría el fichaje de Leonardo Pisculichi, quien llegaba al club procedente de Argentinos Juniors y, además, el retorno de Carlos Sanchez y Rodrigo Mora de sus prestamos respectivos. Fue eliminado de la Copa Argentina y perdió la Supercopa contra Huracán, pero la Copa Sudamericana la campeonó de manera invicta. Así arrancó la época del River de Gallardo, pues es un equipo de época. Un equipo que así nomás no volveremos a ver.
Así llegaría el periodo de Copa América 2015 y Gallardo contrataría 6 jugadores como Tabaré Viudez, Milton Casco, Javier Saviola y Lucas Alario, quien durante mucho tiempo ostentaría el récord de ser el máximo goleador de la era Gallardo y solo fue superado por Rafael Santos Borré en 2021. Esa temporada River volvió a ser campeón internacional, pero esta vez de la Copa Libertadores y, tras haber ganado la pasada Sudamericana, se ganó el derecho de jugar la Copa Suruga Bank y la ganó también: 3-0 al Gamba Osaka. Ya había conquistado América.
La temporada 2016 fue muy similar. Si ya había campeonado la Sudamericana 2014 y Libertadores 2015, pues solo faltaba la Recopa del 2016. Una copa más ganada y esta vez ante Santa Fe.
El 3 de enero del 2018, Rodolfo D´Onofrio, presidente del club, anunció la renovación del estratega por cuatro años más. La Copa Libertadores de ese año fue significativa, pues fue épica por donde se le vea. Primeros de grupo, eliminación a Racing en octavos de final, despedir a Independiente en cuartos y a Gremio, el último campeón, en semifinales. La final seria contra el clásico rival: Boca Juniors. El mejor clásico sudamericano paralizó al mundo entero. Un empate a dos en la Bombonera y el partido de vuelta, suspendido por motivos que no vale la pena contar por lo lamentable de los hechos, fue una victoria 3-1 en el Santiago Bernabéu. Ese partido River lo comenzó perdiendo, pero supo darle vuelta y de pasada, la olímpica. El partido más importante en la historia de ambos clubes tiene como ganador a River.
El River de Gallardo había ganado todo lo posible, pero nunca la Liga Argentina. 25 de noviembre del 2021 fue la fecha que por fin lo consiguió. Le ganó a Boca, Platense, Racing, etc. De los últimos 36 puntos en disputa hasta la fecha mencionada, había conseguido 34. La diferencia de gol era +35. Dominio absoluto y que nadie discuta la supremacía de este equipo, el cual marcó una época maravillosa. Julián Álvarez, canterano de River y que fue muy criticado hace solo un par de temporadas, anotó 15 goles en los últimos 10 partidos hasta aquel maravilloso 25 de noviembre para toda la hinchada Riverplatense. Los números de Álvarez, según Juan Pablo Varski, datan de la época del 40-50 en el fútbol argentino. La liga Argentina significó el titulo números 13 de Marcelo.
Más allá de los títulos conseguidos, lo que los hinchas, amantes del futbol y periodistas recordarán será la manera de lograrlos, pues físicamente sobrepasan a cuanto rival se le atraviesa. La intensidad es el fundamento básico en el libreto Gallardo. Marcelo y su comando técnico son capaces de aplicar el plan A, B, C y el que fuera necesario. Muchas veces fue desmantelado y siempre su equipo fue reconocible y motivo de aplaudir aun en la derrota como la de Palmeiras en semifinales de Copa Libertadores en 2020. Si este fue el final de la era Gallardo en River, pues solo queda agradecerle. Los equipos de época, como el suyo, son especiales. Afuera de Núñez deben hacerle una estatua al buen Marcelo Daniel Gallardo, pues el Muñeco napoleónico, ya ganó todo.
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