Por Diego Aquino
Desde la creación del deporte, los numerosos casos de accidentes ocurridos dentro de la pista de carreras ha sido un dolor de cabeza para muchas escuderías y en algunos casos, hasta dolor de luto por la pérdida de corredores talentosos que, a falta de prevención y cuidados en sus vehículos, vestimenta y hasta de los terrenos, han fallecido en plena competición. Conductores recordados por su agilidad frente al volante, como Joe Fry, el primero en encabezar la lista de decesos quien, el 29 de julio de 1950, durante una prueba llevada a cabo en el campo de Blandford Inglaterra, perdió el control de su vehículo y terminó impactando su coche consumando su muerte. En ese entonces, no existía ninguna seguridad de por medio ya que los pilotos podían vestir con ropa de calle, usaban lentes de protección y gorras de cuero, sin resguardo alguna de por medio.
El mundo de las carreras vehiculares lleva consigo muchos riesgos que hay que enfrentar si uno quiere lograr el triunfo como piloto. A través de los años, la audiencia ha sido testigo de miles de accidentes que pudieron prevenirse si hubieran sido conscientes de la gravedad del asunto. La seguridad del conductor, su escudería y demás trabajadores dentro del equipo debe ser siempre lo primordial dentro de este deporte. No podemos permitir que más personas sigan siendo víctimas de accidentes que pudieron ser evitados de haberle dado la debida importancia.
En la actualidad, las cosas han cambiado, con el pasar del tiempo la implementación del casco, traje a prueba de incendios, obligatoriedad de ambos frenos de disco, cinturón de seguridad de seis puntos y hasta extintor de repuesto dentro de la carrocería han ayudado a que menos accidentes en la carretera concluyan con un final fatal. Aun así, hasta hace 6 cortos años, se produjo la muerte Jules Bianchi, conductor que chocó contra una grúa que estaba socorriendo a otro coche en la curva siete durante el Gran Premio en el circuito de Suzuka Japón, Fórmula 1. O el caso del corredor de Fórmula 2, Anthoine Hubert, quien hace dos años murió por las contundentes heridas provocadas tras salirse de la pista en el circuito de Spa-Francorchamps, esperemos sea el último lamentable caso.
Para el año 1953 se obliga a los pilotos a usar casco en las competiciones con el fin de protegerlos. A pesar de esto, muchos seguidores tildaban de cobardes a los pilotos que optaban por usarlo. En 1955, Jack Brabham decide colocar su motor en la parte posterior del monoplaza, esto ayudó a que la estabilidad del vehículo aumente previniendo los casos de vuelco en las competiciones, además de iniciar con la implementación de los frenos de disco en los coches.
Recién en los años 60, los organizadores de las carreras de alta competición deciden accionar con el objetivo de salvaguardar las vidas de sus conductores. Es así como, al tomar conciencia de los peligros existentes, es de uso obligatorio el implementar en los vehículos las barras antivuelco con la intención de que, en caso ocurra algún accidente, los corredores tengan la chance de sobrevivir.
A partir de los años 70, la Federación Internacional del automóvil (FIA) decide tomar medidas cautelosas y de suma importancia para aumentar la seguridad dentro de las competiciones. La primera decisión tomada es la implementación del “cockpit” (español: cabina de pilotaje) dentro del chasis del vehículo, protegiendo la integridad de los conductores. Dentro de esta misma década se declara de uso obligatorio los overoles con característica ignífuga, indumentaria que salvaguarda al piloto de quemaduras graves en caso de un incendio.
El lunes 31 de abril del presente año, la FIA, luego de haber indagado 28 incidentes de carácter grave y fatal ocurridos en el año 2019, anunció una nueva implementación de medidas preventivas para enfrentar los posibles accidentes a futuro, las más resaltantes son el uso de la luz de lluvia trasera que funcionará como repetidor de la bandera amarilla para avisar la proximidad hacia un accidente, escapatorias renovadas y paneles de aviso dentro de la pista para los corredores.
Para los monoplazas se implantarán soluciones de carácter técnico como las medidas de anclaje impidiendo que restos de gran magnitud se desprendan de los vehículos al ocurrir un choque. Al usar piezas más pequeñas se da solución a un diseño de menor invasión y a su vez de mayor modernidad. También se dará una nueva fijación al parachoques delantero ubicado en la nariz de la carrocería, además de examinar a detalle el diseño y adherencia del reposacabezas con intención de aumentar la solidez de la estructura.
Para aquellos vehículos que poseen un cockpit cerrado se está llevando a cabo una investigación con simuladores de alta tecnología con el objetivo de determinar cuál sería el diseño óptimo en el que debería estar ubicado el asiento del piloto para protegerlo por sus laterales.
Asimismo, para la siguiente generación de coches de alta competitividad se implantará un monitoreo tecnológico sobre los niveles de presión interna que presenten las ruedas durante la competencia, para que el conductor esté debidamente informado al mismo tiempo en el que conduce; de esta manera, los pilotos podrán moderar su velocidad para no perder el control del vehículo a causa de un pinchazo imprevisto.
En el caso de los circuitos, se está investigando sobre nuevas maneras de disminuir la velocidad de los autos cuando se encuentren en las escapatorias, una teoría es el implemento de superficies antideslizantes y de alta fricción que podría incluirse para las futuras competiciones.
A modo de cierre, cabe recalcar que uno nunca puede estar seguro de que los accidentes no ocurrirán, siempre existe el riesgo de que algún percance ocasione una falla dentro de la competición y desencadene una tragedia. A pesar de esto, la Federación Internacional del automóvil debe seguir trabajando arduamente para prevenir estos incidentes y así, hacer de este deporte lleno de adrenalina, más amigable con el bienestar de sus participantes.
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