Por Elianne Ocampo
Un deporte de habilidad, un deporte de estrategias y de adrenalina corriendo por las venas tan veloz como un Ferrari. El Campeonato Mundial de Fórmula 1, la principal competencia de deportes de motor, se encuentra llena de personas intrépidas dominadas por la pasión y la velocidad, como lo fue Michael Schumacher. Un piloto de élite, el heptacampeón Schumacher con su dominio del volante, su habilidad y talento para dominar la velocidad a un ritmo que solo él puede imaginar lo dejaron en la cima de este mundo deportivo del automovilismo.
Este deporte no es uno donde únicamente se mida la velocidad a la que va el piloto, su rendimiento y habilidad personal, también, uno de estrategia la cual puede cambiar por completo el curso de una carrera. Dentro de la Fórmula 1 existen iconos, pilotos que han dejado marca, Michael Schumacher es uno de ellos, tal vez el más relevante y el más laureado. Un hombre que amaba lo que hacía y lo supo desde que era un niño con tan solo 4 años en su coche de pedales. Posteriormente obteniendo un kart de verdad y a los 15 años se proclamó campeón junior de Alemania. Un talento y pasión innata dominaban al pequeño Schumacher, amando el deporte desde sus inicios sin imaginar a donde llegaría con este. Un hombre con sueños como cualquiera, deseando concretar en aquello que ama. Pues la verdad es que para Michael pertenecer a la Fórmula 1 se acercaba más a un sueño que a una realidad, debido a su situación económica, pero su habilidad lo llevaron a ser reconocido y querido. Logrando en 1994 su primer título mundial con 25 años, convirtiéndose en el más joven campeón de la categoría.
Dentro de este deporte tan apasionado, tan veloz, la vida puede pasar en un pestañeo igual de veloz. Al pensar en ello se me viene a la mente la voz de mi padre cuando vimos la icónica película infantil Cars juntos y me dijo: “Así como haz visto que el carro terminó destrozado tras un mal derrape, en la vida y el deporte real sucede igual, pero aquí la gente tiene menos posibilidad de sobrevivir” Recuerdo haberme preguntado ¿Será aquella incertidumbre lo que vuelve tan apasionante este deporte? y ¿No debería ser el miedo a ello lo que evite que se vea? Ahora entiendo, es una pasión inherente que motiva seguir el deporte y lo que motiva a aquellos que lo practican. Aquella pasión y el placer por correr vivían en el cuerpo y mente de Michael, aquellos que se dedican a los deportes de motor conocen el riesgo e igual pisan el acelerador para dejar un rastro de aire en una pista de carreras. En este caso Michael pasó por una horrible experiencia, y es que, en la pista en la que dejan todo atrás, pero buscan seguir adelante, vio como uno de sus ejemplos y sus figuras líderes estanco su vida para lograr su meta. Ayrton Senna, un piloto ejemplar que rivalizo con Schumader cayó ante tal velocidad y antes de pasar la bandera de cuadros negros y blancos para ganar, un trágico accidente golpeo la carrera. Un deporte intrépido con gente intrépida. Desde que vi la película cuando era niña, cuando me sentaba a ver Fórmula 1 con mi papá, hasta hoy en día que escribo y estudio sobre el deporte, tengo algo muy en claro y es que no cualquiera se atreve a subir a un auto y manejar a 200 o 300 km.
Dentro de un deporte siempre hay pasión y compromiso, este último unía a Michael con Ferrari, pues él quería devolverle la gloria y darle el título de campeón que tanto estaban esperando. A pesar de tener rocas de esperanza muy pesadas sobre su espalda, Michael no dudó en seguir y en tomar el reto. Una difícil situación, piloto pasó noche en vela componiendo su auto, porque este estaba mal era imposible avanzar con él y se tenía que solucionar. Esta situación no pudo evitar traer recuerdos de la película Rush: Pasión y Gloria con la historia de Niki Lauda cuando su pasión lo impulsó a seguir y tuvo que el mismo ver su auto en un punto. Estos hechos similares en los pilotos, me enseña una vez más el compromiso de un deportista por aquello que le genera pasión y placer, por aquello en lo que aman pertenecer. Es así como en el año 2000 su perseverancia y compromiso llevaron a Michael a ganar el título con Ferrari, venciendo a Mika Häkkinen.
Todos en algún momento de la vida solemos pensar que nuestros ídolos en pantalla son eternos y que serán jóvenes siempre, me ha pasado en el basquetbol y en el fútbol. Sin embargo, a todas las estrellas les llega la hora de retirarse, es así como Michael Schumacher tuvo su primera retirada de las carreras a finales del 2006. Si él se retiró es porque ya no tenía pasión y motivación, deseaba estar con su familia. Aunque esto no significaba que el piloto dejaría su vida de aventuras y de adrenalina, pues siempre se mantuvo activo en muchos deportes y en una ocasión regresó como suplente a Fórmula 1. Sin embargo, en su vida de adrenalina ocurrió un trágico accidente, según su esposa se trató de “mala suerte, la peor de ellas”. Un accidente de esquí en el año 2013 con un gran daño cerebral dejó completamente diferente a el conocido piloto, y aunque no se conozca mucho de su situación de salud actual, se sabe que no es el mismo. Sobre ello su esposa solo comento “Lo privado es privado, como él siempre decía. Así que para mí es importante que siga disfrutando de su vida privada como él siempre lo hacía. Michael nos protegía y ahora nosotros lo hacemos.” Así como su familia, hay demasiados fans y seguidores que esperan tener más noticias sobre su estado actual, estando tan cerca de cumplir ocho años desde su trágico accidente.
Michael Schumacher con su gran estrategia en la pista, su dominio de la velocidad a tan altos números en las curvas, lo han puesto como uno de los pilotos más exitosos, por no decir que es el mejor. Así como él marcó sus récords y en su época, en la actualidad tenemos un nuevo talento en este deporte, sorprendente velocidad y habilidad, Lewis Hamilton con Mercedes.
“Seguiré compitiendo mientras sienta placer en hacerlo. Cuando más corro más me gusta este deporte”. – Michael Schumacher
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