Por Francisco Calderón

Luis Alejandro Olmedo Rodríguez fue un ex-tenista peruano, nacionalizado estadounidense en 1957. Su amor por el tenis inició desde muy pequeño como recogepelotas, cuando ayudaba a los tenistas o aficionados que asistían al Club Internacional de Arequipa, lugar donde trabajaba su padre y, posteriormente, iniciaría su formación como profesional. De este modo, Olmedo siempre estuvo en contacto con este deporte y aprendió los secretos del mismo a corta edad. De hecho, a sus 17 años ya era considerado como uno de los mayores talentos del tenis peruano.

Las habilidades de Olmedo con la raqueta se pusieron en manifiesto por primera vez en partidos de dobles con los socios del Club Internacional. Al ser menor de edad, Alejandro no tenía permitido competir como miembro del club, mas los socios le reclamaban amablemente que juegue unos partidos contra ellos para pasarla bien. Es en 1950 cuando la directiva del club organizó un torneo abierto y Olmedo, a sus 14 años, se coronó derrotando a Guido Lucioni, campeón de Arequipa en ese entonces.

Rápidamente, la prensa empezó a destacar la hazaña del joven tenista. La noticia llegó al presidente de la Federación, Jorge Harten, quien mandó a un entrenador a Arequipa para elaborar informes sobre el rendimiento de Olmedo, los cuales fueron favorables en la gran mayoría de aspectos. Es así como Harten manda a Alejandro a un campeonato organizado en Bolivia y, finalmente, planifica su viaje y estancia en Lima, donde jugaba en la escuela privada de Santos Tomás de Aquino y el club Las Terrazas. Para esto, Olmedo no tenía un entrenador, sino que practicaba con aficionados que jugaban en el mismo lugar.

Harten contrató a Stanley Singer (profesor americano) para que guiara los pasos de Olmedo. Es así como a sus 15 años, hizo su debut major en el US Open de 1951, llevado a cabo en Forest Hills. El gran talento y dedicación de Alejandro por el deporte en cuestión le otorgaron una beca de estudios la Universidad del Sur de California (USC) en Los Ángeles. Es entonces que, en 1954, viajó de Lima a Estados Unidos sin saber pronunciar ni una palabra en inglés.

Tras tiempos complicados en tierras americanas, y sin poder estudiar por una desorganización en la USC, Olmedo fue reclutado por Perry T. Jones, el responsable en California de la Federación Estadounidense. Bajo su supervisión, Olmedo comenzó a prosperar en los campeonatos para menores “Juniors” y, semanas después, fue invitado al Pacific South West Championships, donde su buen desempeño llamó la atención de George Toley, responsable de la USC. Finalmente, y gracias a esto, Olmedo pudo escolarizarse.

Perry T. Jones lograba invitaciones para Olmedo en los torneos de importancia y el peruano las aprovechaba para crecer como profesional, de modo que terminó ganando distintos títulos individuales y dobles del Campeonato de Tenis de Hombres de la División I de la NCAA.

No obstante, por el hecho de que Perú no participaba en la Copa Davis de 1958, año en el que se produce la explosión de Olmedo en el tenis mundial, Perry T. Jones, quien se había convertido en el capitán del campeonato, decide reclutarlo a través de distintos permisos con el país latinoamericano. Un peruano iba a representar al equipo nacional de Estados Unidos, lo que puso a la prensa americana en contra de Olmedo, quien, a pesar del racismo, logró salir adelante ganando el torneo y conseguir otros títulos distintos.

En 1987, y gracias a sus distintas hazañas, Alejandro Olmedo ingresó al Salón de la Fama del Tenis Mundial.

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Wimbledon – 1959

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Posiblemente, la hazaña más importante de Olmedo como tenista fue la obtención del título mas importante del deporte en cuestión: el campeonato de Wimbledon. Alejandro Olmedo, con 23 años de edad, logró imponerse a al australiano Rod Laver, por 3 sets a 1. De este modo, se convirtió en el primer sudamericano en ganar dicho certamen.

La victoria en este evento lo colocó como el tenista número uno del mundo en lo que corresponde al Grand Slam: Wimbledon, Open de Australia, Roland Garros y el US Open, pues ese mismo año también consiguió hacerse con el segundo título de la lista.

Lo curioso es que, hasta la fecha, Alejandro Olmedo se ha convertido en el único peruano y sudamericano que se ha hecho con el título más importante en la historia del tenis como deporte profesional.

¿Y ahora qué?

A lo largo de la historia, el Perú ha tenido distintos tenistas profesionales que han sorprendido en el mundo del deporte. Jaime Yzaga, por ejemplo, es considerado como el mejor tenista de todos los tiempos de nuestro país al ubicarse en el puesto 18 en el ránking ATP. Pablo Arraya y Luis Horna son otros ejemplos

En cuanto a Alejandro Olmedo, el Perú no fue ajeno a sus logros y le concedió los Laureles Deportivos, la más alta condecoración para un deportista peruano. El presidente Manuel Prado le hizo entrega de dichos Laureles y su nombre luce desde entonces en el frontis del Estadio Nacional, junto a los más destacados deportistas peruanos de la historia.

No obstante, existe un severo problema en la Federación: ya no se acompaña a los deportistas. Sí, se apostó por Olmedo hace ya buen tiempo, pero terminó consiguiendo la gran mayoría de sus éxitos, por no decir todos, con la nacionalidad americana. Hoy en día, el Perú es aquel país que brilla por su ausencia. Muchos de los deportistas saben “sudar la gota gorda” para llegar a donde están porque la Federación no invierte lo suficiente en ellos.

Juan Pablo Varillas es otro gran talento del tenis peruano, pero la pregunta es: ¿La gran mayoría de peruanos lo conoce? ¿Lo sigue? La respuesta seguramente es no. Actualmente, Varillas ocupa el puesto 135 en el ránking ATP, pero no hay cobertura para él, salvo alguna que otra nota dedicada.

¿Cuándo será el día en el que nuestro país termine por retomar esa atención que los grandes talentos deportistas peruanos, no solo en el tenis, necesitan? No lo sabemos, y así es como sigue habiendo una desorganización y fuga de talentos que tienen lo necesario para brillar.