Por Juan Camilo Ochoa
El Balón de Oro tiene nuevo dueño y como no podía ser de otra forma es un viejo conocido. Lionel Messi consigue su séptimo galardón dorado y se aleja por dos de su principal perseguidor, Cristiano Ronaldo. Sin embargo, la entrega del premio al astro argentino ha ocasionado una ola de críticas en contra de los méritos realizados por el argentino y apuntando como virtual ganador al polaco Robert Lewandoski.
Cada entrega de Balón de Oro, premio que se otorga al mejor futbolista del año desde 1956 para los europeos y desde 1995 para el resto del mundo por la revista France Football, es más discutida que otra. Es difícil encontrar una situación el que siendo 100% se pueda tener un ganador sin discusiones.
El año pasado, la situación era precisamente idónea para tener un galardonado sin polémica, el Bayer había ganado todos los trofeos importantes de ese año con Robert Lewandoski como figura central. Lamentablemente, por la pandemia, se decidió que no hubiera un ganador y el delantero polaco se tuvo que conformar con el “The Best”, premio otorgado por la FIFA.
Leo de Oro y mucho más
Lionel Messi es sin duda alguna uno de los mejores futbolistas de nuestra época y se suma a la discusión para ser considerado uno de los mejores de la historia. Su temporada en el Barcelona fue nuevamente brillante en un equipo cada vez más deslucido, pero lo que ha decantado la votación a su favor ha sido la obtención de su tan ansiado primer título con la selección mayor Argentina, siendo el mejor goleador, asistidor y jugador del certamen.
Su deslucido paso por su actual club, el Paris Saint Germain, ha ocasionado que más de uno levante la ceja indignado al considerar que la temporada realizada por Lewandoski y su Bayern Múnich era digna de que el polaco se alce con su primer Balón de Oro. La realidad dicta que el premio fue para el argentino y más que si discutir si se hizo “justicia” o no, el foco de esta nota va por otro lado.
Alguna vez Leo dijo que cambiaría todos sus premios individuales con tal de ganar un trofeo con su selección, siempre sostuvo que el juega no para ser el mejor, sino para ser feliz y sin ir más lejos, en el momento de la gala cuando el homenajeado tenía que ser él, se detuvo un momento para hacer una petición expresa a la revista France Football para que le den el Balón de Oro del año pasado a su contrincante, porque en sus propias palabras, “El año pasado tu fuiste el mejor Robert”.
Un jugador así, que nos ha regalado noches mágicos de fútbol, que ha roto récords astronómicos logrados en la prehistoria del fútbol, que se desvive por una camiseta celeste y blanca que tantas veces lo maltrato y sobre todo es una buena persona, que a pesar de haberlo ganado casi todo y de estar en la cima del mundo del fútbol por más de una década sin dejar de ser ese chico rosarino que abondo su tierra en búsqueda de cumplir su sueño de ser futbolista.
Este chico que les acabo de describir no merece ser llamado “pecho frío”, no merece que le digan que es un invento del marketing y mucho menos necesita más balones de oro para demostrar que fue, es y será el amo y señor del fútbol hasta que decida colgar los chimpunes. Leo no debe ser del agrado del todo el mundo y mucho menos se le debe rendir pleitesía obligado, pero es innegable lo que este hombre de 1,70 le ha dado al fútbol, así que quítenle si quieren cada uno de sus siete Balones de Oro si gustan, que él nunca jugo para ello.
Objetivo Qatar 2022
Y bueno al César lo que es del César. El próximo año veremos al máximo goleador de las Eliminatorias sudamericanas y siete veces ganador del Balón de Oro, dar su última cabalgada para hacerse con la copa más querida por todo el mundo futbolístico. Este Mundial augura ser el último de Leo y con Argentina ya prácticamente clasificada, se me viene a la mente la pregunta. ¿Messi cambiaría sus Balones de Oro por ese Mundial?, creo que la respuesta es más que obvia.
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