Por Nicolas Luna – Sebastián Sara – Raúl Ramos
Hablar de la selección peruana siempre es un placer cuando al equipo comandado por Ricardo Gareca le va bien, pero hablar cuando los resultados no son los esperados las miradas comienzan a cambiar. Criticar, creer tener el papel de técnico deportivo o intentar pensar como los jugadores son algunas de las acciones que, tanto los periodistas deportivos como los ciudadanos de a pie suelen hacer.
Individualizar el error también es algo común en el mundo del periodismo deportivo: se buscan villanos y se crean héroes cuando las papas queman. Un ejemplo de ello es Gianluca Lapadula, que apareció como el “salvador” cuando la selección pasaba por una sequía. Lo más común también es escuchar que periodistas como ex futbolistas piden que se retire a ciertos jugadores por no cumplir con un “perfil profesional adecuado”. Aquí nace otra polémica acerca si los jugadores de fútbol deben ser ejemplo para los demás jóvenes.
Christian Cueva y Pedro Gallese han pasado por infancias similares. Tenían sueños parecidos: defender los colores de la selección nacional. Pero también comparten la misma visión del fútbol: diversión, amigos y pasarla bien. Más allá de los escándalos extra deportivos que han tenido estos dos jugadores que se propone en estas líneas, se destaca su compromiso y entrega con la selección durante este año y con mayor relevancia en la última fecha doble. Donde Pedro atajó un penal clave al venezolano Darwin Machís y Christian Cueva hizo dos goles que al día de hoy nos coloca en zona de repechaje. El camino cada vez es más corto, pero la ilusión juega un papel determinante con miras al próximo mundial de Qatar en el 2022.
Pedro Gallese, “el jotita que no conocía nadie”, era el tercer arquero de dicha generación que supo clasificar al mundial sub 17 de Corea en el 2007 con un plantel que prometía aspirar a lo que se denomina como “buen fútbol”, dicho equipo era comandado por el profesor Juan José Oré, conocido por muchos como Jota Jota.
Desde el barrio Malambito, ubicado en el distrito de Barranco, Pedro comenzaría a escribir su propia historia: llena de errores, decisiones acertadas y aprendizajes para convertirse en lo que es hoy en día: una muralla. Una muralla humana que está expuesta a las equivocaciones, pero que siempre intenta darle una alegría a la gente.
Pedro tuvo su primer acercamiento al deporte rey en la academia Tito Drago, en una nota para diario El Comercio, Tatiana Quiroz (su madre), cuenta que fue su hermana quien le vio talento en Gallese. Luego tuvo un paso por el ya desaparecido Club Formativo Real Junior, para luego pasar a la San Martín, donde pudo salir campeón y compartir plantel con Leao Butrón y Ricardo Farro.
Aquí parte una pregunta que invita a una de las primeras reflexiones: ¿Cómo es que el tercer arquero de la generación jotita ha disputado un mundial y se ha convertido en el arquero con más presencias en la historia de la selección peruana? Quizá la respuesta sea perseverancia y compromiso con su trabajo, pero la respuesta va más allá.
Comenzar a entender a los futbolistas como seres humanos y no como máquinas que patean balones y que se llenan el bolsillo con miles de dólares, es un comienzo para saber que también tienen sueños, aspiraciones y frustraciones tal vez como tú que estás leyendo estas líneas.
Gallese luego de su paso por la Universidad San Martín, jugó en el Juan Aurich de Chiclayo durante el 2015 y 2016. Tras sus buenas actuaciones jugaría en Veracruz, equipo mexicano. Luego volvería al país para jugar por Alianza Lima y actualmente está en el Orlando City de Estados Unidos.
Sin irnos muy lejos, Christian Cueva es otro de los futbolistas de mayor importancia dentro de la selección que hoy en día nos tiene esperando con ansias la fecha doble en enero de 2022. Las realidades y pasado de Cueva y Gallese no son muy distintas como ya mencionamos, incluso ambos tuvieron la oportunidad de compartir camarín en la Universidad San Martín. Este mismo club fue el que le abrió las puertas al fútbol profesional a un pequeño Christian por allá en el 2007.
Cueva es originario de La Libertad, Trujillo, pero desde muy chico ha vivido en Huamachuco, el pueblo que lo vio brillar. Desde una temprana edad Cueva ya tenía delirios de crack, era de esos jugadores pericoteros clásicos de las “pichangas” peruanas, ágil con el balón y muy “palomilla” para jugar. Hacía disfrutar a quien lo viera en los torneos de Huamachuco. Esa misma calidad que lo hacía destacar en los campos de tierra y césped mal crecido fue la que lo llevó a debutar en primera división con la San Martín a los 16 años. Cueva hasta el día de hoy es el futbolista más joven en debutar en la primera división peruana.
“Cuevita” como lo empezaron a llamar sus compañeros, periodistas, y comentaristas por su pequeña estatura añadido con su poca presencia de musculatura ya era una figura importante en la San Martín. Con el club santo consiguió sus dos únicos títulos nacionales en los años 2008 y 2010, ambos con Pedro Gallese como compañero.
¿Quién hubiera imaginado que ambos serían artífices de la vuelta de Perú a un mundial 7 años después?
Su pasó por la liga peruana terminaría en el año 2012 donde ficha como flamante refuerzo de la Universidad César Vallejo, pero donde su estadía no sería muy larga ya que es ahí donde empezarían los primeros tropiezos como futbolista profesional de “excelencia” ya que lo encontraron jugando “fulbito” en dos ocasiones, aspecto que al club y dirigentes no les gustó nada. Pero la pregunta es la siguiente, ¿Cueva no es un jugador de fútbol? ¿Cuál fue la falta que cometió entonces?
Christian tendría su primera experiencia en el extranjero en el 2013 en la Unión Española, pero no resaltaría en demasía. En el año 2014 “Aladino” cumpliría uno de sus sueños más grandes, vestir la camiseta blanquiazul. Destacó, marcó goles, dió asistencias, era un gran refuerzo hasta que una discusión con el entonces entrenador Guillermo Sanguinetti, donde él mismo indica que Cueva no habría querido cumplir las órdenes en el campo, harían que poco a poco su lugar en el equipo se vea discutido. La cereza del pastel llega en su último año en el futbol peruano, 2015, donde tras la eliminación de Alianza de la Copa Libertadores Cueva protagonizaría un altercado muy grande con varios hinchas del cuadro victoriano, Christian creyó que la mejor manera de responder a los insultos de los fanáticos seria con más violencia y es así como toma la decisión de pelearse con ellos marcando un final poco feliz en su paso por Alianza.
A partir de ese momento a “Aladino” no lo han abandonado por altercados fuera del campo. En su periplo por varios clubes en todo el mundo, Cueva siempre ha destacado por su “guapeza” al momento de jugar, con una técnica muy alturada y con un sello que lo hace destacar dentro del campo. Sin embargo, esa manera de jugar y su sello distintivo no lo ha acompañado fuera de ella ya que en los distintos equipos por lo que ha pasado ha tenido diversas discrepancias. Discrepancias que lo ponen muchas veces en boca de todos, quienes se creen capaces de juzgar a una persona por su accionar fuera del campo e idolatrar por lo que hace con el balón dentro de ella.
Cueva ha pasado por Brasil, Rusia, Turquía, México y actualmente se encuentra en Arabia Saudita jugando en el Al Fateh de la primera división Saudí, pero, Cueva tiene su lugar en el mundo y es la selección, es su hogar, su ropero y mayor aliado.
Cuando peor le ha ido a Cueva fuera de las canchas mejor ha respondido dentro de ellas con la selección, es el culpable de muchos nuestros más grandes “Olee”, es culpable de nuestros más grandes gritos de gol como aquel que le marcó a Fariñez en Caracas y que nos mantiene aún vivos en la clasificación o es aquel culpable de las más lindas asistencias como la que le hace a farfán contra Nueva Zelanda en Lima. También es el culpable de muchos de nuestros lamentos, algunas veces injustificados, pero lamentos en sí; ¿Qué hubiera pasado si metía ese penal contra Dinamarca? o ¿Y si la soltaba con Yotún? Cueva también es el culpable de nuestras más grandes conversaciones y debates sobre lo que debe o no debe hacer un futbolista profesional, pero, ¿Quiénes somos nosotros para reclamarle lo que quizá en nuestra vida no cumplimos? Cueva en reiteradas ocasiones es el blanco más fácil de chancar por todos nosotros, reconociendo que: en algunas fechas es el héroe más querido y en otras, el villano más criticado.
Aun con las críticas, las miradas, los insultos, los cuestionamientos sobre su pertenencia o no a la selección, existe alguien que siempre lo arropa y le da su confianza y no solo a él, también a Gallese, a Tapia, a Ramos, es quien ha creado una analogía de padre e hijo con la selección y es: Ricardo Gareca.
Debido a esto, muchas veces la afición criticó a Ricardo Gareca, porque insiste tanto con Christian Cueva. Si nos remontamos unos 14 años atrás, con Cueva, El Tigre hizo más o menos lo mismo que con Donny Neyra en la «U». Es decir, tomó a un ‘pelotero’ lleno de problemas y lo hizo titular de la selección. Le seducía su gambeta, ritmo y pases filtrados. El reto era ponerlo en la órbita internacional. Y lo hizo. Primero como extremo por izquierda en la Copa América 2015 y luego como enlace en la siguiente copa.
Nadie le puede criticar las decisiones al profesor Gareca, por más que hayan sido buenas o malas, ha dado respuestas en el campo de juego. Una de las elecciones más acertadas que pudo tener fue escoger entre Cueva y Benavente. El chaval era pedido a gritos por el público y la prensa para que sea convocado ya que lo veían como el futuro de la selección nacional, y además fue formado en las divisiones menores del Real madrid y se le auguraba un futuro prometedor en fútbol.
Por otro lado, estaba Christian Cueva quien en ese entonces no pasaba por un buen momento en Alianza Lima. Pero ¿quiénes somos nosotros, los de a pie, para decidir qué es lo mejor para la selección y para el grupo? Gareca es el profesional y conoce a sus jugadores. El tigre vio lo que la gente no podía ver y para lista de convocados para la Copa América 2015 estaba en él, el nombre de Cueva y no el de Benavente, ya que este le daba lo que el chaval no le podía dar: polifuncionalidad y un pase preciso, muy aparte que a Benavente le costó acoplarse al equipó y terminó desapareciendo de la órbita de Gareca y Cuevita con actos en el campo demostraba de por qué Gareca no se equivocó en su decisión.
El sentimiento de confianza y de creer en las propias ideas siempre lo ha demostrado el tigre y también lo mostró con Pedro Gallese, cuando el pulpo tuvo una noche negra ante Brasil en la Copa América Brasil 2019, donde el guardameta cometió un blooper que le dio la ventaja a los locales y terminó con un marcador abultado de 5 a 0. Si bien Gallese no es criticado de la misma manera que Cueva, las críticas afectan emocionalmente en un jugador como en cualquier persona que en su día a día comete errores, en este caso el blooper por parte de Pedro.
Un técnico sabe que la presión siempre recae en el jugador que está parado debajo de los 3 palos porque él es que defiende la portería y Gareca no dudo en cambiar de guardameta en los próximos partidos de la copa de le dio toda su confianza a Gallese. Acá viene lo más lindo del fútbol para algunos: la revancha. El pulpo pudo cobrar su revancha en la misma Copa, atajando el penal decisivo en los cuartos de final contra Uruguay y teniendo un excelente rendimiento en la semifinal contra Chile con esa hazaña lo que ayudó a que Perú consiga el pase a la final de Copa América, luego de varios años.
Para concluir con esta historia llena de sueños y lucha, Pedro Gallese y Christian Cueva nunca la tuvieron fácil para llegar al lugar en el que están ahora. Tuvieron que pasar por muchos momentos difíciles llenos de críticas e insultos, ya sea por actos de indisciplina o por tener una mala actuación dentro del campo, pero supieron resurgir y seguir adelante frente a las adversidades. Uno siempre tiene alguien que lo oriente y lo guíe, con la llegada del Tigre Gareca a la selección, estos jugadores crecieron notablemente, en la selección y en sus clubes. Gracias a ellos, al trabajo en equipo del profesor Gareca, su comando técnico y el cálido ambiente entre los jugadores se pudo llegar al mundial de Rusia 2018. Ahora se está luchando para obtener una plaza para Qatar 2022. La selección está en quinto lugar gracias a estos jugadores. Gracias a sus errores, aprendizajes y decisiones. Son seres humanos. Como tú. Como yo.
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