Por Janeth Canchari, Kevin Flores, Johana O´Phelan y María Fernanda Rossi.
Ante todo pronóstico, actualmente, la selección peruana cerró el año ocupando el quinto puesto, lo cual le brindó la oportunidad de ir a repechaje contra Asia, aunque no todo está dicho ¿Tuvimos fe?
El fútbol como religión detona emociones, unas que durante 36 años se fueron apagando de apoco al punto de lograr que los peruanos miraran solo de reojo la pantalla cada que jugábamos, y es que cuando juegan nuestros 11 jugadores, jugamos todos, y quien los dirige, nos dirije a todos. Los delanteros, por lo tanto, no son solo la imagen principal o figura que uno espera resaltan como autores de movimientos que nos lleven hacia la victoria, sino que también son ejemplo de superación partido tras partido, pues como personas tienen una historia. Su niñez se convirtió en historia de origen, y su formación la explicación de sus habilidades.
El PRIMER TIRO AL ARCO
El 9 que nos llevó a Rusia 2018 y quien luchó con nosotros por la Copa América 2020, José Paolo Guerrero Gonzales y Gianluca Lapadula Vargas, respectivamente, no nacieron estrellas, se hicieron. Nacido en el 84 en Chorrillos (Perú) y cruzando el Atlántico 6 años hacia Turín (Italia), la diferencia de edades no es compatible con su niñez. Llevados de la mano de su padre hacia las canchas de fútbol para practicar incontables veces tiros al arco, paradas de pecho y cabeceos, formaron su pasión y talento en este deporte. Desenvolviéndose en las divisiones menores de Alianza Lima y la Juventus, el primero desde los 8 años pudo iniciar su reconocimiento dado su potencial junto a su amigo de la infancia Jefferson Farfán, mientras que el italoperuano desde los 6 a 14 años probaría posicionarse como portero y centrocampista ofensivo, más no fue hasta ese último año que decidió quedarse como delantero.
Marcaron sus vidas. Llegaron al punto más alto de la parábola de logros personales al conseguir en el 2002 un contrato formal en el equipo alemán Bayern de Múnich. Guerrero hizo su debut en la Bundesliga, una liga internacional en ese entonces en la tercera división donde se mantuvo 4 temporadas, mientras que Lapadula en el 2016 fue convocado de
emergencia por la selección italiana en noviembre, equipo donde, como declaró después, cumpliría su sueño de vestir la camiseta italiana.
CONSTRUYENDO NUEVES: EL DEPREDADOR Y EL BAMBINO DE ORO
Patear un balón es invertir. Tiempo y dinero son lujos que no todas las familias se pueden dar el lujo, puesto que, aunque es usual relacionar los sueños de los niños con ser futbolistas, las experiencias recolectadas relacionan directamente las labores y situaciones económicas como principales motivaciones.
Guerrero, de vida humilde y con una madre digitadora en el INEI, escaló profesionalmente junto a ella como guía, dado que Petronila Gonzales, mayormente conocida como “Doña Peta”, no permitió desvíos dado los sudores y lágrimas que ya le habían costado su ascenso: “Hasta ahora yo los controlo; están viejos, pero controlados” (Cosas, 2018). Debido a ello, su ausencia en la selección para las clasificatorias al próximo mundial pusieron la piel de gallina al pueblo peruano. ¿Quién más que Guerrero, quien dio el gol para nuestra posibilidad en Rusia 2018, iba a ser nuestra esperanza?
Previo a ser nuestras figuras más significativas, habían demostrado su valor tanto a ellos mismos como a nosotros en sus momentos de oro. El 16 de diciembre de 2012 Paolo junto con el equipo Corinthians pudieron derrotar al Chelsea en la final del mundial de Clubes, anotando previamente el gol que los llevaría a ser campeones y consagrándose como uno de los mejores delanteros del torneo recibiendo un Balón de bronce. Asimismo, ha sido consagrado numerosas veces como goleador máximo de la Copa América del 2019 sumando un total de 14 goles en la CONMEBOL. El 2019 obtuvo el quinto puesto dentro del ranking histórico.
Empero, paralelamente por el mismo rango de años Lapadula el 9 de julio de 2015, al Pescara donde debutó en la Serie B el 11 de septiembre. Con 10 goles en 17 fechas, llamó la atención, no solo de la prensa, sino de clubes de la Serie A y del extranjero, como el Liverpool de Inglaterra. El 6 de junio de 2016 ascendió a la Serie A continuando siendo el centro de los grandes reflectores del fútbol internacional y con voceadas ofertas importantes por parte de Napoli, la Juventus y el AC Milán, este último elegido por el “Bambino” dada la promesa de ser un rol importante en el sistema ofensivo.
El “Depredador”, quien obtuvo su nombre en primera instancia por su estilo de cabello, este fue adaptado a su hambre en las jugadas, mientras que el “Bambino d´oro”, dada su fama a corta edad, adaptaría su nombre en tierras peruanas al “Bambino de los Andes”, prometiendo no solo los mismos esfuerzos que arrastra por su fama en Italia, sino unión con este lado del mar.
Perteneciendo a una posición importante dentro del equipo, sus relaciones con este no dejan que desear, pues en ambos se destaca su adaptación y cariño que se les profesa
¿carisma? ¿empatía? ¿respeto? Sus lazos son evidentes dentro y fuera de la cancha.
La hinchada, por otro lado, haciéndole honor a su título de la mejor del mundo, abrazó los cambios con chacota y respeto, ya que, después de todo, el fútbol sigue siendo un juego de y para el pueblo.
LA BLANQUIRROJA EN MENTE
Jugando todavía para Hamburgo, un Guerrero de 21 años se puso la camiseta en 2007 tras ser reclutado por José Guillermo “Chemo” del Solar – en ese momento técnico de la selección -. Anotó su primer gol en su partido debut contra Uruguay, marcando el tercer y siendo considerado, posteriormente por su desempeño, como el mejor jugador del equipo nacional en la Copa América 2007; sin embargo, fue el italoperuano quien tuvo un recorrido más largo antes de pisar nuestra patria. Siendo parte de la squaddra de Benevento Calcio, donde fue comprado por 4 millones de euros, había estado ya en las miras de el “Tigre” Gareca por su excelente temporada en el Pescara en el 2015. Convocado para la Copa América Centenario 2016, Lapadula no dio respuesta definitiva luego de declarar que por el momento se estaba concentrando en el campeonato de Serie B (Segunda División de Italia). Necesitaba serenidad justa para poder decidir. Como más tarde se sabría por su padre Gianfranco Lapadula en diálogo con Fútbol en América durante noviembre de 2020 “él [Gianluca] no podía dejar su club porque estaba haciendo la fase final para ir a la Serie
A. Él seriamente pensó: ‘Yo ya me quedé con Pescara, no me puedo ir’”.
El 26 de octubre de 2020 se confirmó que había iniciado los trámites para la obtención del DNI, debido a que al tener madre peruana podía obtener la nacionalidad y así jugar en la Clasificación de Conmebol para la Copa Mundial de Fútbol 2022.
Llegado a este punto, podemos hacer mención de su desempeño como jugadores. Ambos denotan cercanos lazos con sus familiares y compañeros de equipo, dado que se mantiene
vivo el concepto de ser uno solo dentro y fuera del juego, como se destaca tanto en Alianza Lima y la similitud de acogida en los 17 equipos por los que atravesó Lapadula. Fuera de la prensa rosa, sus estadías en lugares donde se iban a desenvolver como profesionales siempre eran pertenecientes a familiares, caso contrario, la compra de una casa era la primera opción. Guerrero, en realidad, mudó a su madre y le dio un nuevo hogar, siendo esta su forma de agradecerle y enfatizando su presencia en su vida como motor. De la misma manera, el barrio en Perú donde se establece la familia de Lapadula lo recuerda como alguien humilde y sin excentricidades, siempre atento a sus familiares y eventos en relación.
«Desde el primer día que llegué, el Perú me aceptó como un hijo, como un hermano», manifestó Lapadula para Latina (23 de agosto 2021).
En el 2014, la UNICEF compartió una carta de Paolo y que esta fue escrita durante su época dorada. Donde agradece todo su éxito al apoyo que siempre le dieron sus seres queridos y del fundador – y director – de la escuela Los Reyes Rojos Constantino Carvallo. Aquí se puede ver lo que significan ellos para Paolo.
Dentro de la cancha, se destacan sus desempeños y asistencias, demostrando así que no solo eres protagonista por anotar, sino por guiar a tu equipo a la victoria. Todos son uno solo, un corazón, una camiseta.
Ello es algo que consecuentemente les brindó reconocimientos como ser parte del Once ideal y, a su vez, el Balón de Plata de la Liga Brasileña (2014), el Balón de Oro y la Bota de Oro (2019) para Guerrero, y la Bota de Oro de Serie B (2015) para Lapadula, quien a temprana edad se le comparaba el número de partidos en los que jugaba con su marcación goles, siendo el mejor de estos con Teramo Calcio donde disputó en 38 y marcó 21, permitiéndole no solo la atención mediática necesaria, sino que a su vez le permitió ascender al AC Milan no sin antes recibir ofertas de Napoli y la Juventus.
Si bien sus regularidades tuvieron sus bajas, siendo la mayor de estas cuando se lesionaron los ligamentos de la rodilla, no impidió una recuperación en sus carreras, aunque lamentablemente esta vez para el “Depredador” de 37 años significó, dado su desempeño, la decisión de no ser partícipe la fecha doble que sigue para las Eliminatorias al Mundial de Qatar 2022.
RUMBO A QATAR 2022
En octubre del presente año el “Depredador” y el “Bambino” jugaron sus últimos partidos antes de la fecha doble que nos dejaría en el repechaje. Ambos, marcando 2-0 para sus equipos, uno contra Chile y el otro por Benevento contra Crotone, alentaban a la hinchada al demostrar estar en condiciones para luchar por la clasificatoria; sin embargo, la lista de 23 jugadores no incluyó al histórico.
La camiseta en el corazón pareciera apagarse al notar la ausencia, dado que cabía la posibilidad de que la selección se viera afectado mentalmente y deportivamente al quedarse sin el 9, mas Lapadula entraría sin miedo. Sacando provecho de las buenas relaciones que pudo hacer, dentro de la cancha se vio su aliento y coraje dirigido hacia sus compañeros. Es el balance que necesitábamos.
Guerrero sigue en proceso de recuperación y considera volver a la blanquirroja en el 2022 para las próximas fechas ante partidos decisivos donde se sabrá finalmente si volveremos a clasificar o todo quedará como un intento más, pero mientras tanto, sabemos que el italoperuano estará presente complementándolo o guiando al equipo. La adaptación al cambio es lo que ha destacado estos últimos partidos.
Con fe o no, sabemos que igual le vamos a rezar cada que suene el pitido marcando el inicio del siguiente partido. Tenemos dos nueves, vamos por el 100.
Deja una respuesta