Por Fernando De La Rosa
Contratos de derechos televisivos millonarios, mejoras sustanciales en el contrato con la Asociación de jugadores de la NFL (NFLPA), el lanzamiento de NFL Network, el desarrollo del Super Bowl como evento a nivel mundial, mayores ingresos por publicidad, entre otros; son algunos de los logros que la NFL ha conseguido desde 2006, año en que fue elegido comisionado, luego de 5 rondas de votación y entre 5 candidatos, Roger Goodell. Nacido hace 63 años en Nueva York, la labor de Goodell es plausible desde una perspectiva administrativa y económica. Sin embargo, los detractores de su gestión señalan un factor que olvida el actual comisionado: el social.
Brian Flores, entrenador de los Miami Dolphins hasta enero de 2022, acusó y presentó una demanda civil días después de su despido, en la cual involucra a la NFL, los New York Giants, Denver Broncos y su exequipo, los Dolphins, pues considera que la liga “está segregada racialmente y se administra de forma muy parecida a una plantación. Sus 32 propietarios -ninguno de los cuales es negro- se benefician sustancialmente del trabajo de los jugadores de la NFL, el 70% de los cuales son negros”, se indica en la demanda 1.
Por otro lado, los fiscales generales de los estados de Nueva York, Illinois, Massachusetts, Minnesota, Oregón y Washington firmaron una carta manifestando su preocupación sobre la discriminación y violencia de género hacia aquellas trabajadoras que sufrieron de algún tipo de maltrato en cualquiera de los 32 equipos. Además, existen denuncias por acoso sexual, violencia doméstica o maltrato que recaen en algunos jugadores de la NFL, a pesar de que existen políticas en la liga que sancionan estos actos.
Casos como estos son algunos de los más resonantes, por lo que los fanáticos de cualquier equipo, las personas y periodistas informadas del acontecer de la liga, las autoridades pertinentes y, sobre todo, las víctimas, piden que la NFL, a través del comisionado Goodell, busque soluciones inmediatas, no solo por el prestigio, la ética y los 101 años de historia de la NFL, sino también por el hecho de ser un deporte que mueve masas, y este, como el fútbol convencional, el tenis, el baloncesto y otros, son deportes con alcances gigantescos, llegando a audiencias de muchos países y, por ende, tienen la posibilidad de ser una herramienta de transformación social, y como tal, aquellos involucrados tienen una responsabilidad social para el fomento de valores.
Evidentemente, Estados Unidos es el país con mayor cantidad de aficionados de la NFL con más de un tercio de la población total, equivalente a 115 millones de personas, según lo estimado por la compañía de audiencia GlobalWebIndex a través de un estudio realizado en 2015. México y Brasil, con más de 23 y 17 millones de seguidores de la liga, son los siguientes países de la lista. Detrás de ellos, Canadá, Corea del Sur, Alemania, Reino Unido y España suman 29 millones de seguidores, aproximadamente.
Estas cifras demuestran el aumento del interés de este deporte a nivel mundial, ya que, si bien predomina el público estadounidense por el hecho de disputarse la NFL en dicho país, la liga genera atracción por parte de otras audiencias, lo cual se traduce en ingresos por televisión, merchandising, etc. Por ello, se suelen realizar esporádicamente partidos en Europa, como Inglaterra, o en México. Un ejemplo de ello es el duelo entre los Kansas City Chiefs y Los Angeles Chargers disputado en el Estadio Azteca en noviembre del 2019, el cual, pese a haber sido uno de los partidos con menor afluencia de público en México, tuvo como registro la asistencia de 76 252 espectadores.
Al tener cada vez más repercusión la NFL en diversos países, el alcance, la capacidad de influencia y transformación, así como la demostración de apasionamiento en este y otros deportes es directamente proporcional. Se puede partir de la premisa enunciada por el expresidente de Sudáfrica, Nelson Mandela, quien estaba convencido de que el deporte es capaz de unir multitudes, romper diferencias sociales, llegar a las personas en un lenguaje universal, que no distingue de idiomas. “El deporte tiene el poder para cambiar al mundo. Tiene el poder para inspirar. Tiene el poder para unir a la gente de la manera en que pocas cosas lo hacen”, dijo el exmandatario.
Un ejemplo de ello es cada logro que consiguen algunos deportistas peruanos a nivel individual o grupal, siendo el más claro la selección nacional de fútbol masculino. La clasificación a la Copa Mundial de Rusia 2018 generó que la emoción y demás sentimientos, a raíz de un logro resistido por más de un tercio de siglo, se refleje en ámbitos como, por ejemplo, el económico. El incremento del PBI en mil millones de dólares en aquel año, el crecimiento de ventas en 13% a nivel de centros comerciales y 30% en productos deportivos lo demuestra; y estas cifras pueden ser mayores en este año de conseguirse la clasificación a Catar 2022, según Percy Krapp, presidente del Gremio de la Pequeña Empresa de la Cámara de Comercio de Lima.
Sin embargo, el deporte y la relación con el público está más vinculado al lado social y su influencia. En esa línea, para el psicólogo y cofundador de la Asociación Chilena de Psicología Social del Deporte, Javier Piñeiro 5, es preciso catalogar al deporte como una herramienta que promueve valores, conductas prosociales, bienestar físico y mental, así como un medio de lucha contra la desigualdad, injusticia, violencia o exclusión. Por esta razón, es relevante señalar la relación del deporte o, en este caso, de la NFL, con el trato en casos como segregación racial o violencia de género donde estén involucrados jugadores de fútbol americano y dirigentes, debido al vasto público al que se deben y que acompaña el desarrollo de la temporada y de sus equipos, así como alentar a la búsqueda de soluciones que alejen la desigualdad y maltrato.
Brian Flores fue despedido como entrenador de los Dolphins por discrepar de los lineamientos que querían seguir los altos cargos del equipo con temas como el Draft o la conformación del equipo. La prensa informada en el tema habla del deseo que tuvieron los jefes por perder partidos para tener las primeras posiciones en el Draft, la intención de reclutar un destacado quarterback pese a violar las normas de manipulación de la liga, y la consecuencia que tuvo que asumir Flores por no coincidir, que fue su despido por ser “alguien con quien era difícil de trabajar” 6. La demanda impuesta por Flores radica en el hecho en que, luego de su salida de los Dolphins, era uno de los candidatos a asumir el cargo de entrenador en los New York Giants, e incluso se programó una entrevista para el 26 de enero con él. Finalmente, no fue elegido, pero la acusación se basa en argumentos: la elección del entrenador ya estaba hecha desde antes de ese día, y se llevó a cabo la entrevista con Flores para demostrar a los fanáticos y al comisionado que cumplieron con la Regla Rooney.
Esto refleja un mal manejo de esta situación por parte de la NFL, debido al maltrato de las normas hacia las personas de color, así como el cumplimiento defectuoso de normas, como la Regla Rooney. Esta norma se resume al hecho que cada equipo, para la contratación de un entrenador, está obligado a entrevistar por lo menos a dos candidatos que pertenezca a una minoría social. Por esta razón, se dice que la entrevista con Flores fue para cumplir con la norma y evitar recibir sanciones.
Sobre la situación, se consultó al comisionado Goodell en una rueda de prensa previa al Super Bowl de este año 7. Ante la problemática de solo tener dos entrenadores principales negros de 32 equipos, en los Pittsburgh Steelers y Houston Texans, cuando casi el 70% de jugadores en la NFL son de color, el reportero de NFL Network, Jim Trotter, quien también es de color, le preguntó a Goodell sobre la razón de no contratar a personas de raza negra en puestos de toma de decisiones en los equipos y en la NFL, enunciando las 13 franquicias que nunca han contratado a un entrenador negro y que, incluso, NFL Network no tiene personas de color en puestos importantes.
“Sí, Jim, escucha… um… Hemos… Miramos los mismos números y… um…”, dijo el comisionado al comenzar su respuesta, evidenciando su sorpresa y falta de preparación ante la pregunta. Posteriormente, aseguró la firmeza de la liga en valorar la diversidad y los beneficios a nivel social que tiene ello, y concluyó su respuesta con la frase: “Creemos en la diversidad”.
La NFL, como se explicó, tiene normas como la Regla Rooney para promover la igualdad racial y evitar llegar a mayores instancias. Además, el mensaje firmado por los fiscales generales de 6 distintos estados dirigiéndose al comisionado Goodell, conlleva a que la NFL tome cartas en el asunto, pues advirtieron, en caso evidencien falta de interés o no solucionen el tema, la posibilidad de llevar a cabo acciones legales contra la liga.
En la solicitud de los fiscales 8, se exponen las denuncias de más de 30 exempleadas de la NFL, quienes reportaron ser víctimas de tocamientos indebidos, despidos sin argumentos sólidos y sanciones por criticar dichas decisiones. “Nuestras oficinas utilizarán todo el peso de nuestra autoridad para investigar y enjuiciar las denuncias de acoso, discriminación o represalias por parte de los empleadores en todos nuestros estados, incluida la Liga Nacional de Futbol Americano”, se lee en el comunicado de los jueces. La NFL, a través de su portavoz, Brian McCarthy, respondió manifestando el firme compromiso por garantizar la seguridad, diversidad, inclusión y erradicación del acoso y discriminación en sus lugares de trabajo, dejando en claro que, pese a los avances a lo largo de los años, se debe continuar trabajando en busca de la igualdad para todos los que componen la liga.
Una vez más, aunque se haya aclarado la intención de la NFL en priorizar el factor social como pilar para crecer como organización, temas como la contratación de jugadores con denuncias por acoso o violencia de género en la liga, así como la violación de políticas de conducta al realizar estos contratos mediáticamente polémicos, contradicen los esfuerzos que Goodell emplea en beneficio de la NFL.
Ray Rice, Kareem Hunt y Deshaun Watson. El primero es exjugador de la NFL, mientras que los demás son jugadores activos. En 2014, Rice fue acusado de agredir físicamente a su pareja, por lo que recibió una suspensión de 2 fechas. Tuvo que ser reincidente para que la NFL escuche las críticas que recaían sobre la primera sanción, sustentadas en el argumento que la sanción era mucho menor, comparado a casos de jugadores acusados de consumir drogas. Meses después, se difundió un video de Rice golpeando a su pareja hasta dejarla inconsciente: fue liberado de su contrato y la NFL lo suspendió indefinidamente, basándose en la política de violencia doméstica. No así fue el caso de Hunt, quien fue captado empujando y pateando a una mujer en un video difundido en 2018. El error, para muchos, fue la postura de su equipo, los Chiefs, al creerle como inocente sin realizar previa investigación, y el desinterés de la NFL al no comunicarse con los Chiefs ni con el jugador. El caso más reciente fue de Deshaun Watson, quien recibió 22 denuncias por acoso sexual 9 hasta abril de este año contra masajistas de su equipo.
Tanto Hunt como Watson continuaron con sus actividades en sus respectivos equipos. Aunque las investigaciones siguieron su curso, gran parte de los aficionados, periodistas y opinión pública en general, solicitaban esclarecer los casos en que se reportaba discriminación racial, maltrato laboral o violencia de género. Si bien es cierto que existen normas que defienden a determinados grupos, parece no ser suficiente. El 28 de marzo, la NFL anunció la creación del Comité Asesor de la Diversidad de la NFL, cuyo fin será el de promover prácticas e iniciativas que fomenten la inclusión, diversidad y equidad en la liga 10. Con respecto a las acusaciones de violencia hacia algunos jugadores, y ante las críticas por el manejo de la relación entre ellos y la NFL, el comisionado Goodell admitió cometer errores, los cuales “no se volverán a repetir”, afirmó, “Reconocemos que la violencia doméstica y la agresión sexual existen por todos lados. Nos afecta a todos”.
Existen políticas como la de conducta personal, violencia doméstica, diversidad e inclusión, entre otras. Estas buscan regular el comportamiento del futbolista dentro y fuera de los terrenos de juego, las cuales se han ido modificando con el paso de los años. También, se formaron comités evaluadores de estrategias que solucionen estas problemáticas sociales. En una rueda de prensa en setiembre del 2014, con motivo del pronunciamiento del comisionado de la NFL ante la situación de Ray Rice, Roger Goodell fue claro enunciado la frase: “Vamos a poner nuestra casa en orden”.
En 2020 se aprobó un nuevo acuerdo laboral 11, es decir, un contrato entre los jugadores y la NFL, cuyo objetivo es mejorar las condiciones laborales en ámbitos como el deportivo, administrativo o económico. También se modificaron políticas como la de drogas, disciplina y conducta personal, aumentando en varios casos las sanciones por cantidad de partidos en caso se viole alguna de estas normas. Sin embargo, como se ha visto a lo largo de este texto, la segregación, violencia y maltrato sigue presente en el mundo de la NFL, por lo que, para cumplir con la responsabilidad social y el fomento de valores que implica un deporte como este, quizá no es suficiente.
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