Por Sebastián Guerra
Martes 15 de mayo. Estadio Nacional. La hora programada era las 7:30 de la noche. Sporting Cristal se enfrentaba a Talleres de Córdoba por la fecha cinco de la Copa Libertadores. Era un partido de descarte, pues los rímenses estaban en la obligación de ganar para seguir peleando la clasificación a octavos tras 18 años. No ganar era, casi seguro, sentenciar el quedar en el último lugar de la tabla de un grupo que también conforman Talleres, Flamengo y Católica de Chile, quienes se enfrentaban a los brasileros en calidad de visitantes.
Casi al promediar las 7 de la noche, ya se podía dar por sentado que el estadio no luciría un lleno total. Esto no era de extrañar si tenemos en cuenta que el cuadro comandado por Roberto Mosquera llegaba muy cuestionado por su discreto papel en el certamen internacional. Por otro lado, extrañaba que, al tratarse de un partido muy importante para los celestes, no haya un total apoyo de la hinchada. Al final debieron haber casi 22mi personas, pero aún así, el apoyo debió ser mayor.
Talleres, por su parte, llegaba con la misión de empatar para clasificar a octavos de final, pero valiéndose de una victoria casi segura de los brasileros en el otro partido del grupo. Los dirigidos por Pedro Caixinha llegaban con Guido Herrera, Hugo Fértoli y Federico Girotti como grandes figuras, entre otras, pero mencionamos estos tres, pues fueron claves en el resultado o para entender que en Copa necesitas algo más que buen pie y circuitos.
El partido
Con la presencia de un grupo de hinchas de la T alentado desde dos horas antes en Oriente Alta, el equipo visitante realizó el reconocimiento de campo al promediar las 5:30 de la tarde. Al cabo de dos horas comenzó el partido.
Sporting Cristal comenzó a mostrar eso que a su entrenador le gusta llamar “religión del toque”, pues se veían asociaciones claras principalmente en un mediocampo que era gobernado por Jesús Castillo, Yoshimar Yotún y Horacio Calcaterra. Nuevamente, volvía a sorprender la ausencia de un delantero centro en el ataque celeste, pues Ávila, Canchita Gonzales y Leandro Sosa alternaban mucho en sus posiciones, pero ninguno es precisamente un killer del área.
Circuitos había, pero no un peligro inminente. Cristal dominaba la posesión y las aproximaciones, pero sin profundidad. Johan Madrid no pasa mucho por derecha y Loyola sí izquierda, pero los defensas de Talleres comenzaron a leer pronto el argumento de Cristal: desborde y centro.
Así y todo, la primera ocasión realmente clara fue de Girotti a los 17 minutos por un cabezazo en el que Duarte poco tenía que hacer. Cristal presionaba bien en el medio, pero Talleres hacía lo propio y generaba más peligro real cuando atacaba. A los 27, nuevamente la T se hacía fuerte y tras un taco genial de Girotti; Fértoli no pudo dirigir del todo bien un remate que por poco termina dentro del arco cervecero. De ahí en adelante, se vinieron 15 minutos brillantes de los peruanos, pero igual de brillante estuvo el arquero Herrera. Remate de Ávila desde fuera del área y una volada impresionante que ya avisaba lo que se venía. Cinco minutos luego, Castillo metió un cabezazo al área y dejó solo a Leandro Sosa. La jugada era gol seguro, pero Herrera, otra vez, tuvo una tapada monumental. A Cristal le cuesta el gol. Al último minuto del primer tiempo, luego de una gresca, Canchita tenía un tiro libre muy cerca. Celulares en mano, muchos grabaron lo que pensaban podía ser gol. El momento parecía ser a cámara lenta, pues cuando la pelota alzó vuelo; el estadio entero se puso de pie. Herrera generó que el momento terminará en un “UFFF”. La mejor tapada de la noche por parte de la figura del partido.
Al descanso se fueron ambos equipos en medio de discusiones en el túnel. Las aguas siguieron revueltas al volver, pues al minuto 48; Michael Santos, involucrado en la pelea previo al tiro libre de “Canchita”, vio la roja por un codazo a Gianfranco Chávez. Cristal tenía todo el segundo tiempo para meter un gol en superioridad numérica, pero no generó ocasiones.
La hinchada empezó a realizar cánticos que exigían la destitución de Roberto Mosquera, quien movió el banco con cinco cambios. Olivares y Pacheco fueron los primeros y luego, al poco tiempo, Lutiger, Liza y Hohberg hicieron lo propio. Los cambios de Mosquera terminaron por desacomodar al equipo celeste, pues ante la salida de Castillo, Yotún terminó jugando solo en la contención. Por su lado, Canchita Gonzales, pasó a jugar lejos de la zona donde es más influyente. El libreto era amplio conocido por todos. Centros al área que no generaban peligro.
Los jugadores de Talleres que estaban fuera del campo comenzaban a festejar al borde del terreno de juego la clasificación, pues Flamengo estaba goleando en Brasil. Terminó el partido en un segundo tiempo donde poco fue lo que sucedió. Sporting Cristal quedaba eliminado y Talleres clasificado. Los argentinos entraron corriendo al campo. Fiesta en cancha, pero el anfitrión no estaba invitado. En la tribuna, dos gritos muy claros. Los de alegría en oriente y los de frustración en sur.
Cristal muestra evidencias de ser un equipo que sabe a qué quiere jugar, pero que adolece de ese factor que lo lleve a dar el último salto que debe. La falta de delantero y gol, la falta de un jugador que sea desequilibrante en ataque y, aunque sorprenda, un poco de autocrítica por parte de su entrenador son, sin lugar a dudas, un poco de lo que explica esta mala Copa Libertadores.
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