Una cita con la historia

Por Sebastián Guerra

Hace un par de meses nos ganamos de jugar un repechaje que podía cambiarlo todo. Hace unos días ya supimos quien era el rival: Australia. ¿Miedo? No, ¿Por qué habría de tenerlo? Luego de todo lo que este equipo nos ha demostrado; me resulta imposible tener miedo.

Hace un mes aproximadamente nos juntamos con mi familia a celebrar el pase al repechaje. No lo habíamos hecho antes, pues uno de los nuestros tuvo que viajar por trabajo. Ahí, sentados y conversando sobre lo que se venía-todos con camiseta de Perú, mi tío Arturo hablaba de ir a Qatar. En eso, tío “Lucho”, comenta un dato que, en mi labor de futuro comunicador, me pidió corroborar para ver si era tal cual lo había citado.

Mr. Chip, el brillante periodista español, hace años-cuando arrancó la eliminatoria-dijo que ninguna selección de Conmebol se había clasificado al mundial tras un arranque como el nuestro: un punto de 15 posibles. En ese momento, mi tío Arturo me acercaba un latita de cerveza y al terminar de hablar me miró y dijo: “Aguanta, ¿Qué has dicho? Nono, me la devuelves” y todos nos empezamos a reír.

Empezaron a lanzar los comentarios que explicaban sus razones por las cuales tenemos la obligación de ir al mundial. Llegó mi turno y dije lo que estoy por escribir, pues es mi sentir: ¿De verdad vamos a desconfiar de un equipo que, en toda situación límite, siempre respondió? No le encuentro sentido”, dije.

Tras un inicio como el que tuvimos era válido dudar, pero ahí reaccionamos. Ecuador venía casi imbatible en su cancha y nosotros veníamos mal, pero pegamos el primer triunfo.  Desde la derrota previa con Colombia, salvo Brasil, no volvimos a recibir más de un gol por partido.

¿Situaciones límite? Aquellas en las que es ganar o morir. Todo o nada. Blanco o negro. Yo cuento estas: Ecuador de visita, Chile de local, Paraguay de local, Colombia en Barranquilla. En todos estos momentos era ganar o ganar, pues ganamos. Somos un equipo que respondió siempre que tuvo que reaccionar.

Nos ganamos limpiamente el sitio. Ni voy a caer en mencionar lo sucedido con Bascuñán o Daronco. Solo diré que fuimos contra todo y contra todos. Da igual a quién nos enfrentamos, pues confío en este grupo y, si en algún momento dudé, pues ya no lo haré más.

Tenemos un plantel que sabe imperfecto, pero guerrero, como nuestro capitán, quien contra Chile pidió jugar infiltrado, pues la rodilla no le daba. Con un Lapadula que nos cayó del cielo. Con un Callens que la remó desde atrás y fue el mejor suplente posible hasta ganar su puesto en el 11. Con los Flores, pues apareció cuando más lo necesitamos. Con los Cueva, quien atraviesa el mejor momento de su carrera. Con los Carrillo que llegaron al partido más importante con la tranquilidad que no tuvo nadie más, pues creíamos que no llegaba. Con todos los jugadores que pelearon por traernos hasta acá y a los que ya debemos dar gracias. Con los Gareca, quien llegó para hacernos soñar y, no contento con eso, nos hizo vivir el sueño.

El lunes puede pasar de todo, pero estoy convencido de que todo, lo bueno y malo del partido, siempre pasará exclusivamente por Perú. Que la cuenten como quieran, el lunes no jugamos todos juntos. Siempre arriba Perú. Este equipo tiene una cita con la historia; una historia que no se cansan de escribir.