Por Milovan Byrne
Permanecen en silencio. Se miran de reojo, pero no a los ojos. Típico de una película de acción en la cual se odian, pero prefieren evitar cruzarse. La historia narra deslices importantes por parte de ambos equipos, que dolieron en mayor o menor medida, pero siempre quedándose con la sangre en el ojo y agrandando más una rivalidad que ahora está teñida de sombras.
Historia
26 de diciembre de 2001. Partido de vuelta de la final nacional. Después de 120 minutos de infarto, el árbitro Gilberto Hidalgo marca el final del partido y determina que el campeón nacional se definirá mediante la tanda de penales. Cienciano había ganado 1-0 igualando la serie en el marcador global (3-3) y mandando la serie a los penales. Con ambos estando en su centenario, la presión máxima la tenían los pateadores. Y eso perjudicó a Ernesto Zapata, quien pese a esquinar la pelota pegada al palo izquierdo, no impidió que Gustavo Roverano alcanzara a desviarla con las uñas a mano cambiada. Ahora la presión estaba en Waldir Saénz quien tomó 5 pasos y definió a la mano derecha de la portería. La definición del goleador histórico aliancista, batiendo al arquero Mauriño Mendoza, marcó un antes y después en la rivalidad de ambas escuadras. La mirada atónita y cabizbaja de los cuzqueños en el antiguo estadio Garcilaso de la Vega se contrastaba por los eufóricos saludos de los jugadores “blanquiazules” celebrando el campeonato. En su centenario, estadio y con sus hinchas, Cienciano no volvió a mirar con los mismos ojos a los originarios de la Victoria.
2 años después Cienciano tendría su anhelada revancha. Y, en principio, fue un contexto que podría pasar desapercibido hasta el día de hoy, pero por cómo surgió el desenlace no podemos dejarlo al azar. Martes 26 de agosto de 2003. Estadio de Matute. Partido de vuelta por la primera vuelta de la Copa Sudamericana. Alianza Lima, liderado por jugadores de renombre como Roverano, Jayo, Ciurlizza y un joven Jefferson Farfán, se enfrentaban ante Cienciano, liderados por Oscar Ibañez, Carty, Paolo Maldonado y un desconocido hasta ese entonces Carlos Lugo. En el panorama, si bien Alianza tenía que voltear un 0-1 abajo del partido de ida, tenía mejores soluciones en el ataque como para poder darle vuelta al marcador. Lo que nadie contaba es que Roberto Holsen, un ex jugador “blanquiazul” presente en aquella definición en Cuzco, iba a ser el principal protagonista del encuentro anotando el único tanto del partido, dándole la clasificación al equipo cuzqueño. ¿Qué pasó después? El final ya lo conocemos: El “Papá” hizo la épica y ganó la Copa Sudamericana. Nunca sabremos qué hubiera pasado si hubiera clasificado Alianza, pero en la Victoria se quedaron con un sinsabor de imaginarse un escenario favorable en caso hubieran pasado. Entre ellos, “Chicho Salas”.
3 años después, en el año 2006, se volvían a encontrar para la definición del campeonato. El partido de vuelta, definiéndose en Matute, necesitaba que Alianza voltee el 1-0 que colocaba a Cienciano por delante. Luego del gol del “Chino” Arakaki y el autogol de Lugo (previo centro de Salas) en la segunda mitad, Juan Carlos Mariño, metía un golazo que empataba la serie y por el gol de visita, Cienciano era campeón. Sin embargo, a los dos minutos, Flavio Maestri reventó las redes del arco defendido por Ibañez. Al término de los 90 minutos, Alianza Lima y el “Chicho” Salas se coronaban campeón en casa. Y sí, otra vez contra Cienciano.
16 años después ya no están los anteriores jugadores de aquel mítico plantel de Cienciano del 2006, pero “Chicho Salas” si es el entrenador de Alianza Lima. Y con un Alianza, jugándose su última oportunidad de ser bicampeón nacional y Cienciano buscando asegurar el cupo a la Copa Sudamericana, los del Cuzco tenían una motivación extra para buscar el triunfo en el partido y así cobrarse la revancha de los dos campeonatos anteriores ganados por los aliancistas. Si ganaban los cusqueños, dejaban a Alianza Lima en un nocaut técnico en busca del bicampeonato y no querían dejar pasar esa oportunidad.
El partido
Por un lado, un grupo de jugadores de camisetas blanquimoradas encaminan el deseo de salir bicampeones esforzándose hasta dejar la vida en la cancha, sabiendo que arriba, en el más allá, un ser divino está protegiéndolos. Y como ofrenda a este cambian su camiseta tradicional únicamente a una camiseta “blanquimorada” En octubre, mes del turrón, de fidelidad y del Señor de los Milagros, Alianza quería renovar su compromiso de campeón. Sin embargo, no lo iban a tener tan fácil debido a que, en Cuzco, Cienciano es el papá absoluto. El solo hecho de no haber ganado de visita desde el año 2009 ya denotaba un hecho bastante complejo para ganarle al “Papá”. La racha de 14 años era una muralla infranqueable para batir. Aunque el escenario pintaba para un partidazo, nadie se iba a imaginar el contexto que se iba a presentar.
Arrancó el partido y era un Alianza con una propuesta conservadora. Una alineación 4-4-2 con una novedad interesante: sacar al experimentado delantero Hernán “Pirata” Barcos para el ingreso del joven volante de contención Oswaldo Valenzuela. Eso generó que Alianza tuviera un mediocampista más para la marca. Eso se vio reflejado en el inicio del partido cuando el mediocampo de Cienciano solo buscó pelotas en profundidad buscando a su extremo, Facundo Curuchet a la espalda del lateral izquierdo de Alianza Lima, Ricardo Lagos. Cosa que logró en dos oportunidades, pero sin mayor éxito. Pasando los 30 minutos, Cienciano empezó a cederle la pelota a Alianza, quien empezó a buscar la sociedad de los Rodríguez: Arley y Aldair. Dentro de esos pasajes del partido, un centro al área encontró a Aldair Rodríguez quien con un cabezazo dejó mano a mano a Pablo Lavandeira quien, eludiendo a Estrada, remató al arco solo siendo interceptado por el ex defensa “blanquiazul”, Hansell Riojas. Después de ahí, entre remates de fuera del área y la pelota que más parecía un juego de vóley porque permanecía siempre en el aire por los rechazos constantes de los defensas, terminó el primer tiempo.
El segundo tiempo arrancó con un Cienciano envalentonado generando una ocasión de gol que terminó estrellándose en el palo por parte del volante Quintana Azalde. Apunten este último nombre, lo nombraré en un rato. Rinaldi empezó a dominar el mediocampo y Alianza Lima seguía con el plan del partido “largo”, pero ¿Hasta cuándo iba a hacerlo sabiendo que necesitaba ganar para seguir peleando el Clausura? Arley Rodríguez estaba haciendo el recorrido por la banda y se notaba que se preocupaba más por la defensa que en atacar y Aldair Rodríguez estaba muy solo contra los dos defensas de Cienciano haciéndole un 2 vs. 1. ¿Se acuerdan de Quintana Azalde?, pues en una disputa con Aldair, cometió el error de patearle en sus partes íntimas mereciendo una clara tarjeta roja por parte del árbitro, perjudicando a Cienciano en su búsqueda de ganar el partido. Ahora con 10 ¿Salas iba a arriesgar para ganarlo?
Un barco llamando Hernán
Tenía que ser el primer cambio. Al minuto 67 del partido “Chicho Salas” metió a la principal carta de gol aliancista para ir a por la heroica. Y bien que su impacto llegó de inmediato, ya que, a los 3 minutos, un saque largo de Ángelo Campos encontró a Barcos con Estrada. El “Pirata” con toda su experiencia, logró incomodarlo en el salto para definir mano a mano fallando su tiro, pero yendo a capturar el rebote asistió para Jairo Concha, quien definió con suspenso. Gol aliancista y la hinchada “blanquiazul” explotó de furor con el gol del volante aliancista. Barcos, un cambio de impacto, le generó el primer gol del partido, pero falta partido. Más aún cuando estamos hablando de la altura. Después no existen palabras para el delantero argentino. Para mí, puede jugar en el fútbol peruano los años que se proponga porque lo que ha perdido en velocidad lo ha ganado en sabiduría y experiencia. Y cuanto más tengas eso, mejor toma de decisiones vas a tener. Un crack el 9 de Alianza.
Gino Peruzzi: Una locomotora de aquellas
Gino Peruzzi había pasado desapercibido durante el partido. En verdad, pasa desapercibido casi siempre. Cumple su chamba de defender su zona, se proyecta en ataque, tiene un físico voluminoso para comerse la banda y aparecer por la espalda de un defensa para crear una situación de gol y, encima, te tira paredes. ¡Qué más pueden pedir los aliancistas! ¡Qué pedazo de lateral derecho tienen! En el segundo gol se refleja claramente su calidad. Recibe la pelota de Ballón en el mediocampo y conduce por la mitad de la cancha, zafa de la marca de Rinaldi y Sandoval, cruza y se mete a ¾ y le da pase a Lavandeira quien tiene la sabiduría de esperar el desmarque del lateral argentino y le pone un balón justo para que con un control Peruzzi saque ventaja de Riojas, se perfile y remate entre las piernas de Zubczuck. ¡Que Golazo! Si los jóvenes laterales de nuestro fútbol peruano quieren ser mejores, deberían ver el gol del video del lateral argentino. Es la definición completa de un lateral moderno.
No hubo revancha
En solo 5 minutos, Alianza Lima definió el partido. Un partido que después del gol de Peruzzi no tuvo mayores incidencias salvo una buena tapada de Zubczuck quien le sacó un golazo de media cancha a Barcos. ¡Qué loco estuvo el pirata para pegarle desde ahí! Pitazo final y Alianza sacó un triunfo importante que le permite seguir peleando el Clausura. Le quedan 3 finales y esperar a que Cristal se caiga en el Clausura o Melgar en el acumulado. Los aliancistas todavía tendrán que esperar. Mientras tanto, los cuzqueños siguen octavos asegurando el último cupo a la Copa Sudamericana, pero solo sigue ahí porque la diferencia de gol con Binacional es mayor, ya que están empatados en puntos. Siguiendo con la historia, Cienciano no pudo cobrarse la revancha. Los rencores seguirán hasta otra oportunidad porque por ahora se demostró que Alianza es el papá.
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