Por Gonzalo La Torre
Escribo éstas líneas desde una playa de Lima, no tan exótica como las de Copacabana o Río de Janeiro, pues hoy no salió el sol. Seguro que en Brasil fue igual: puede que aún se están acostumbrando a tu ausencia.
Curioso es que hayan denominado «Rey» al pionero de un deporte que surgió del y para el pueblo. Aún en su momento más mercantil tiene repercusiones mayores en la gente sencilla, sensible. Por eso prefiero llamarte maestro, precursor o referente.
Toda creación tiene puntos de referencia. Nada surge de la nada, los estímulos externos, la experiencia y las otras creaciones alimentan nuestra creatividad para materializar ideas. Por ello, denominamos genios a quienes tienen la capacidad de convertirse en paradigma marcando pautas para los que continúan senderos afines. Beethoven, Leonardo, Tesla o Van Gogh son algunos ejemplos de ello.
Sin embargo, el deporte es también una expresión de la creatividad humana y tuvimos la dicha de apreciar artistas en disciplinas diversas. Mohamed Ali, Roger Federer, Simone Biles, Ayrton Senna… Parecen haber nacido predestinados a su deporte, y ejecutan la técnica casi perfectamente.
Tú ganaste un mundial a los 17 años y luego otros dos más. Desairaste más de 1000 veces a los porteros de tu época. Te diste el lujo de divertirte jugando fútbol en medio de un servicio militar y una guerra civil africana. Le cumpliste la promesa a tu padre que profesaste cuando lloró viendo a su selección. Hiciste todo lo que en vida añoraste y fuiste el primer gran ícono del deporte. Lo único que me atrevo a reprocharte es que no hablaste un poco más de los tuyos, en una época de racismo y polarización sangrienta, que no fuiste un poco más contestatario para luchar por lo justo.
La premisa de este texto es recordar un poco de lo que dejaste estos 82 años, aunque es imposible dejar la tristeza de lado para escribir de manera más alegre. Hoy el país más efervescente del planeta llora como en la final contra Uruguay, la que dejó muerto en vida a varios hombres.
Sin embargo, aunque cliché, dejaste un legado que no se olvidará mientras haya una pelota rodando en alguna cancha del mundo. Tu hazaña de hace casi 70 años parece haber sido ayer, y cada vez que vuelva a aparecer un buen futbolista será comparado contigo. Seguirás siendo el maestro de los aprendices que entren a esta escuela que tiene tantas similitudes con la vida misma.
Seguiremos viéndote siempre en cada partido de fútbol del mundo. Hasta siempre, genio.
Daniel Tello dice
Ahijado como siempre, un buen artículo
Alex dice
Linda nota y recuerda que no hay ser humano perfecto, pero el Rey hizo felices a quienes amamos el futbol.
Renzo dice
Gran manera de despedir a un ídolo !