Por Johan Dianderas
Había un niño trujillano que a los tres años tomó la raqueta y la pelota por motivación de su hermano mayor. Cuando el profesor de su hermano lo vio, halló un pequeño tesoro en la isla menos esperada. Y, desde ese entonces, empezó a descubrir un camino que iba a marcar su vida. Ese joven que se moría a carcajadas de sus primeros saques con la pelota, no imaginó que a los 18 años le iban a corear “¡Qué Bueno!” mientras jugaba ante el irlandés Simon Carr en la Copa Davis 2023. Su nombre es Gonzalo Bueno y fue una de las estrellas en el Boulevard de Asia, donde el equipo peruano celebró un triunfo contundente bajo la dirección de Luis Horna para clasificar al grupo mundial I.
ADN Deportivo estuvo presente, una vez más, en la Copa Davis, acompañando al equipo peruano en su duelo ante Irlanda. Por ello, te traemos la crónica de la clasificación peruana al grupo mundial I.
Perú enfrentaba un partido importante por diversos factores. La última vez, en septiembre del año pasado, los peruanos cayeron 3 a 2 ante Chile, liderado por Nicolás Massú. Perder ante el clásico rival en el club Lawn Tennis de Jesús María generó un sabor amargo. Esa sensación serviría en el futuro para levantarse y defender la localía con solvencia.
Además, Juan Pablo Varillas, la principal carta en la baraja de Lucho Horna para la serie contra Irlanda, decidió dar un paso al costado y no disputar la Copa Davis para enfocarse en el Córdoba Open en Argentina. Las palabras del capitán peruano en conferencia de prensa hicieron indicar que el equipo estaba de acuerdo con la decisión de nuestra primera raqueta nacional, quien dio una performance de película en el Australia Open ante el alemán Alexander Zverev semanas atrás.
Así, los desafíos para la escuadra peruana iban a ser mucho mayores. Gonzalo Bueno, Ignacio Buse, Brian Panta y los hermanos Arklon y Conner Huertas del Pino tendrían la responsabilidad de izar la bandera peruana e imponer su juego bajo los 30 grados del sol de Asia. Este no es un detalle que desaparezca como el humo: Perú volvía a disputar una serie de Copa Davis en este recinto después de 17 años.
“Tuvimos un lindo día de entrenamiento en Asia, la gente fue a vernos y el equipo lo tomó como una carga de energía”, mencionaba el campeón de dobles en el Roland Garros antes de iniciar la contienda. Es decir, Lucho iba a volver a la atmósfera que tantos recuerdos tatuó en su carrera cuando era jugador, pero en una nueva faceta.
El primer día de cobertura fue una fiesta entre el tenis, el sol y la música dance. Los vecinos de Asia y los fanáticos que venían de lejos se pusieron la escarapela blanquirroja para alentar a los peruanos. Una señora de la tribuna occidente se robó la atención ambos días para gritar “Perú, Perú, Perú” y alentar a todos a hacer lo mismo. Parejas, familias, turistas. A tan solo metros de la playa y con una larga lista de lugares de lujo por conocer, ¿quién no quiere pasar un buen rato sumergido entre las vacaciones y el deporte?
De pronto, la hinchada seguía llegando mientras que los equipos y capitanes pisaban la arcilla del campo. El canto del himno nacional se escuchó en todo el boulevard y el aroma a deporte se sentía en el aire. En conferencia de prensa, Simon Carr, tenista irlandés, reveló que sintió amor y pasión desde el público hacia el deporte durante su partido. Un día después, un turista francés contó que la experiencia de la Copa Davis en Asia fue una de sus mejores anécdotas veraniegas en su paso por el Perú. Los ojos extranjeros se quedaron más que impresionados por la organización y el glamour presente en este evento.
El primer partido fue entre el peruano Gonzalo Bueno (544 ° ATP) y el irlandés Simon Carr (738 ° ATP). Nuestro compatriota llegó para ser la figura del primer día: derrotó categóricamente a su rival por 6-1 y 6-1. Su flexibilidad y reacción con la raqueta le permitió sorprender en más de una ocasión a Simon. Además, el joven ganador de la medalla de oro en los Juegos Panamericanos Junior Cali – Valle demostró que a su corta edad no le pesó el debut ni jugar el primer partido de la serie.
El segundo punto peruano vino de Arklon Huertas del Pino (491 ° ATP) tras derrotar a Osgar O’ Hoisin (771 ° ATP). El jugador peruano de 28 años ganó por 6 a 2 y 6 a 3 al irlandés. Acompañado de los fanáticos que jugaban a las “olas” en las gradas, Arklon tuvo motivación suficiente para imponer su tenis al ritmo también de los errores de saque rivales y la experiencia suya en Copa Davis.
Tras la ventaja peruana por 2 a 0, el día sábado solo se iban a disputar dos encuentros más para cerrar la llave. Era fin de semana y las gradas lucían completamente llenas vislumbrando camisetas, banderas y cánticos para decorar una épica clasificación peruana. Cuando “Nachito” Buse (632 ° ATP) era más pequeño, fue recogepelotas de Brian Panta (316 ° ATP). Ignacio nunca imaginó que años más tarde, ambos harían dupla y se verían las caras contra Michael Agwi y Jack Molly por la Copa Davis. El duelo fue uno de los más disputados, pues el segundo set llegó hasta el tie break. Buse, por momentos, sufrió contra los nervios y lo reveló post partido. Sin embargo, su experiencia en dobles junto a Panta fue lo que hizo a Lucho Horna apostar por ellos. Luego de un tie break emocionante, la dupla ganó su partido y puso el 3 a 0. Finalmente, Conner Huertas del Pino (586° ATP) puso la última pieza del rompecabezas para la victoria y derrotó en singles a Michael Agwi.
En Asia, todo brilló. El resultado, los jugadores, el público y la fiesta. Pasaron casi dos décadas para volver a esta cancha especial y valió la pena. Ahora Lucho Horna esperará seguir liderando este grupo unido de experiencia y juventud para transmitirles su legado y crear uno nuevo. “A mí me pasó que cuando era jugador y a medida que pasaban los años, la presión seguía creciendo. Cada vez pesa más. Cuando uno es joven, a veces se tiene el desparpajo de no entender bien las cosas”, respondió a la pregunta de ADN Deportivo. De ese modo, con la cabeza y las ambiciones en alto, el primer fin de semana de febrero fue la lección uno de Horna para llevar a sus pupilos al siguiente nivel. Un abrazo de oro fue el que se dieron todos al final de la serie y todos, al fin y al cabo, quieren abrazar más gloria en el tenis peruano.
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