Por Sebastián Guerra
Estamos todos de acuerdo en qué Christian Cueva tiene un talento increíble para el fútbol. En mi opinión, es uno de los jugadores más talentosos que he visto y uno de los que más alegrías me dio en mi vida ligada al fútbol.
Tras la clasificación al Mundial del 2018, final de Copa América 2019 y repechaje al Mundial 2022, yo esperaba un Cueva rompiéndola en Arabia y luego llegar a uno de los clubes más poderosos de ese país o quizás llegar a la Liga Brasilera o Argentina.
Siempre tuve claro que, por actitudes extra futbolísticas cada vez más recurrentes, no iba a llegar a Europa de ninguna manera. La realidad actualmente es que el 10 de la selección es suplente en Alianza Lima, pero lo peor es que dejando la imagen de ser casi un jugador retirado.
No debió volver, pero no a Alianza, sino al Perú. A él le va bien en lugares donde tiene gente que lo respalde (Gareca, por ejemplo) y donde no hay tanta distracción y capacidad de hacer vida nocturna (Arabia, por ejemplo). Regresar a Lima era entregarse a todo lo que no tenía que entregarse y, lamentablemente para todos, terminó pasando lo que no queríamos.
Históricamente, Cueva se fue siempre mal de los clubes en los que estuvo. Sao Paulo, Krasnodar, Santos, Pachuca, Al Fateh, etc. Sus momentos buenos y alucinantes a este nivel se dieron en Toluca y Santos. Quizá algún destello en Arabia, pero nada más. Venía parado, casi sin entrenar y aún así se hicieron los esfuerzos económicos por romper el mercado y traer a casa a un jugador que necesitaba tomar impulso y volver a ser el Aladino que a todos nos enamoró, pero no salió como se esperaba.
Es el jugador que más gana en la historia del campeonato local y el resultado es, con toda seguridad, lo opuesto a lo que el hincha y la dirigencia esperaba. Cueva llegó y fue presentado entre bombos y platillos, con campañas de fidelización con el hincha, campañas que al hincha le costaron dinero, el cual estaban dispuestos a dar para repatriar a quienes consideraban uno de ellos. El compromiso de Christian estuvo, pero solo de palabra. La palabra traición es la adecuada en este caso. Ese es el sentimiento que tiene el hincha blanquiazul con él.
Recientemente, Cueva no fue a entrenar con Alianza. Tras una eliminación en Copa Libertadores y el mal estado físico que tiene, fue la hinchada la que mandó un mensaje en primer lugar. Luego, el mensaje de exposición del tema y del anuncio de una investigación interna llegó por el lado de la directiva. Una directiva que en este momento luce cansada y que decidió no volver a respaldarlo, sino exponerlo.
La sensación que queda es que las palabras de compromiso y ganas de volver a su mejor nivel son solo de la boca para afuera. Cueva, diera la impresión de que dice lo que queremos escuchar, pero que por dentro está cansado de ser el foco de atención, está cansado de la exigencia al máximo nivel. Dudo mucho de que vuelva a ser el Christian que maravilló a toda Sudamérica y causó las llamadas de Riquelme para llevarlo a Boca.
Opinión personal: Christian Cueva es el último gran 10 que tuvo nuestro país y, lamentablemente para él y nosotros, no tuvo la carrera que su talento merecía, sino la que su cabeza lo llevó a tener.
Deja una respuesta