Por Guillermo Falcón
Había 2 escenarios. Por un lado, Novak Djokovic, el máximo ganador de Grand Slams en la historia. El serbio buscaba otro gran título para estirar la ventaja sobre Rafael Nadal. Era el 24 y el 8° título de Wimbledon, con el cual igualaba a Roger Federer como máximo ganador de este torneo. No perdía en la Cancha Central desde 2013. Por otro lado, Carlos Alcaraz llegaba a la final con 20 años, con 1 título de Grand Slam (US Open 2022) y el sueño de lograr el segundo. Ya había logrado convertirse en el N°1 más joven en la historia. Venía de ganar su primer título en césped en Queen’s, sumando un total de 11 triunfos consecutivos. Además de estos condimentos, este partido definía quien se quedaba con el número 1 del ranking. Los mejores ingredientes para un partido con la magnitud de ser recordado por muchos años. ¿La experiencia seguía imponiéndose o al fin llegaba el esperado recambio?
Se habían enfrentado en las semifinales de Roland Garros hace 1 mes, donde Alcaraz no pudo competir hasta el final debido a calambres, los cuales fueron – según contó el mismo – por la presión de jugar frente a una leyenda. Esta vez, en un terreno donde Djokovic partía con ventaja, empezaba la historia de forma similar: Nole con un 5-0 y un dominio total del juego. Iba a suceder otra vez. Finalmente, fue 6-1 para Djokovic. Parecía ser un episodio idéntico al de París. Sin embargo, Carlitos se aferró con ayuda de la triple c: cabeza, corazón y cojones, el lema de su abuelo. En el segundo set, salió con una versión totalmente distinta y con un enfoque a la altura de una definición así. Empezaron los puntos luchados, los rallies largos y las emociones. El nivel que todos deseaban ver por parte de ambos. Hasta llegar al tie break. Djokovic lleva 15 tie breaks ganados de forma consecutiva. Pero al frente estaba un tiburón que empezaba a oler sangre y aprovechar sus posibilidades. Con una brillante devolución, Alcaraz ganaba 8-6 en el desempate para llevarse el segundo set.
Djokovic se destaca por su fortaleza mental, considerada la mejor en el tenis. Sin embargo, hasta los más grandes caen ante los nervios y la presión de una final, en uno de los deportes más completos y exigentes. El serbio cometía más errores y estos eran aprovechados por Alcaraz. En el tercer set, con el español 3-1 arriba, se vivió uno de los mejores games del año, el cual duró 28 minutos. Para tomar dimensión, en algunas ocasiones, un set entero dura esa cantidad de tiempo. Luego de casi media hora, Carlitos se colocaba 4-1 y el resto fue un poco más sencillo. Quedaba 6-1, como fue en el primer set. Alcaraz pasaba adelante en el marcador y se colocaba cerca de su gran sueño. Pero la leyenda no había dictado su última palabra. Nole siguió concentrado y logró recuperarse, a la par de un aumento de errores de su rival. 6-3 para el serbio y la definición sería en el quinto set.
No había manera más épica. Empezaba Djokovic adelante 1-0 y se le presentó una oportunidad de break point. Si lograba el 2-0, se encarrilaba hacia el título. Luego de un largo rally, Alcaraz intentó un globo, pero parecía irse afuera. Sin embargo, Nole tomó la pelota de aire para sorprender y… se quedó en la red. De forma increíble, salvaba Carlos estar 0-2 abajo y posteriormente emparejó el inicio con el 1-1. En el siguiente, llegó una posibilidad de quiebre para el español y él sí consiguió aprovecharla. Luego de perder su saque, Djokovic rompía una raqueta contra la red. Una muestra de saber la complicada situación en la cual se encontraba.
A partir de ahí, cada uno mantuvo su saque y la concentración. Seguía muy parejo, pero esa pequeña ventaja obtenida por Alcaraz le acercaba a la gloria. Llegó el momento decisivo. Carlos sacando 5-4 para el campeonato. Con el temple de los campeones, en el “championship point”, Alcaraz conectaba una derecha con fuerza, a la cual Djokovic respondió, pero fue insuficiente: se quedó en la red. Se levantaban lo aficionados del All England Club y Carlos Alcaraz festejaba su coronación. Era el primer jugador en vencer a Novak Djokovic en Wimbledon desde 2017 y el primero en hacerlo en la Cancha Central desde 2013. El español inmediatamente corrió a saludar a su entrenador, Juan Carlos Ferrero, un pilar para la construcción de este gigante de 20 años que está dispuesto a convertirse en una leyenda.
Volvió a hacerse “viral” un video de una entrevista a sus 12 años, donde decía que su sueño era ganar Roland Garros y Wimbledon. Ya cumplió uno de ellos. Con 20 años, en el número 1 del mundo y con 2 títulos de Grand Slam, no hay límites para Carlos Alcaraz, quien ha demostrado ser el gran referente para los próximos años, con amplia diferencia sobre otros jugadores de la denominada NextGen. Una final histórica de 4 horas y 42 minutos, la tercera más larga de Wimbledon, la cual recordaremos durante mucho tiempo. Veremos si es un antes y después para los 2 protagonistas.
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