Por Diego Andrade Piedra Avila
En Estados Unidos, el mundo de los deportes está dominado por cuatro disciplinas conocidas como “El Big Four”. Un grupo que alberga al fútbol americano, cuya liga profesional se conoce como la NFL; al beisbol, cuya liga profesional se llama MLB; al Básquetbol con la NBA y al Hockey con la NHL. Todos estos son deportes de contacto y por ello, se espera que las lesiones sean un factor determinante en el desarrollo de cada una de estas ligas. Es más que sabido que el Fútbol Américano, en menor medida el básquetbol y especialmente el Hockey, son deportes en donde el contacto físico es muy habitual y, en algunos casos, como el del Hockey, la violencia puede llegar a ser la norma. El caso del Béisbol sin embargo, es particular pues, por su naturaleza, la percepción popular es que, en este deporte existen menos posibilidades de contacto físico y ello se traduce en menos lesiones. No obstante, el béisbol atraviesa un serio problema de lesiones que solo podría ser explicado al analizar al béisbol como un deporte en donde los lanzadores someten sus brazos a una enorme cantidad de estrés con cada lanzamiento y en donde los bateadores están cada vez más expuestos a lesiones producto de golpes provocados por la bola. Si a esto se le suma el hecho de que los cambios en las reglas del juego para prevenir lesiones, no han sido tan efectivas como se había previsto, tenemos un producto final con alineaciones que disponen de menos jugadores y una liga que, en el 2021 llegó a pagar USD $871 en salarios para jugadores lesionados.
El rol del lanzador o pitcher dentro de la cancha de béisbol es uno de los más importantes pues es el encargado de hacerle un out al bateador, lo cual puede provocar el cambio de una posesión defensiva para su equipo a una posesión ofensiva. Por tener un rol tan importante y ante la evolución constante del béisbol, a los lanzadores se les exige cada vez más con sus lanzamientos, no con el volumen de estos, sino con su calidad. La realidad es que, en la actualidad, los lanzadores disponen de entrenadores, doctores y una preparación física del más alto nivel para, justamente evitar las lesiones, sin embargo, las lesiones de codo y hombro han incrementado en un 44% respecto al año pasado. Esto ocurre por una simple razón, la velocidad. Los lanzadores de hoy en día deben lanzar la pelota cada vez más fuerte para que esta agarre velocidades sumamente altas. Lanzadores tirando cada vez más fuerte solo se puede traducir en una mayor probabilidad de lesiones al ligamento colateral cubital, uno de los ligamentos más afectados por los lanzamientos y que requieren de una operación muy común en el mundo del béisbol, la cirugia de Tommy John.
En el año 2013, de los 360 lanzadores de la MLB, un tercio de ellos había sido sido operado del ligamento colateral cubital. Este es un número practicamente inimaginable tomando en cuenta la magnitud de esta lesión. El procedimiento que se necesita realizar consiste de la reconstrucción del ligamento en la parte interior del codo, aquella que asegura la articulación del mismo. Por la complejidad de la intervención, le puede tomar a los deportistas más de un año en regresar a las canchas y la verdad es que nada ha cambiado desde aquel lejano 2013, en donde se decía que la operación de Tommy John se havia convertido en una especie de epidemia para los lanzadores. No ha cambiado porque hasta Julio del presenta año, 31 lanzadores profesionales habían pasado por el quirófano por esta lesión. De hecho, tan solo en mayo fueron 12 los jugadores operados de Tommy John. Este tipo de lesiones reflejan una situación en donde nunca se ha tirado la pelota tan bien, pero por ello los lanzadores enfrentan niveles de estrés en sus articulaciones sumamente altos. A este incremento en intensidad le acompaña un calendario de partidos anticuado y sumamente copado que no se acopla a las necesidades de sus deportistas. El calendario de 162 partidos provoca que todos los equipos tengan que jugar una cantidad inimaginable de partidos “back to back”, tradición que perduró por muchos años en la NBA pero que finalmente se retiró por la carga a la que se le sometía a los jugadores. Lo mismo ocurre en el béisbol, sin embargo, las únicas medidas que se han tomado para tratar de combatir el tema de las lesiones de los lanzadores es acortar el número de lanzamientos por partido, algo que evidentemente no ha funcionado.
En el caso de los bateadores un problema similar ocurre en la actualidad. Mientras el equipamiento de protección ha evolucionado con implementos de protección para el codo, la canilla, la cara y una mejora en los cascos, batear es más peligroso que nunca antes, porque los bateadores están siendo golpeados en su cuerpo y en la cabeza cada vez más. Este incremento sin embargo, ocurre por diseño. Los equipos indican a los lanzadores que tiren más bolas curvas que nunca antes en la historia del beisbol. El problema con este tipo de lanzamiento recae en dos principales factores. En primer lugar, por su complejidad al momento del lanzamiento, existe una posibilidad real de que al lanzador se le resbale la pelota de la mano, lo cual puede resultar en bolas disparadas en direcciones impredecibles y que, en muchos casos encuentran al bateador. El segundo problema con la bola curva es su trayectoria, la cual es sumamente impredecible y dificil de batear. Por otro lado, las bolas rápidas también se han vuelto comunes y la indicación de los equipos es de tirar la pelota “alta y esquinada”, lo que significa que los lanzadores hoy en día deben realizar tiros que pasan muy cerca de la cabeza y cuerpo del bateador. Los impactos al cuerpo ya son una gran causa de lesiones para los bateadores, no obstante, son los impactos a la cabeza los que realmente preocupan, ya que prácticamente 1 de cada 3 lanzamientos que impactan al lanzador en la cabeza causan una lesión.
En este ensayo solo se ha abordado el tema de las lesiones y de los peligros vinculados al béisbol en dos posiciones, la del bateador y la del lanzador, pero en realidad, en todas las posiciones existe una gran probabilidad de lesión de cualquier tipo, inclusive por deslizarse en la tierra para llegar a una base. Esto deja en claro que el béisbol actualmente atraviesa una crísis de lesiones que se origina principalmente en su calendario de 162 partidos. Es de suma importancia seguir con las conversaciones para reducir el número de partidos durante la temporada regular, solo así se podrá salvaguardar la integridad y la salud de los jugadores de béisbol al ofrecerles más días de descanso entre cada partido. Queda también claro que este deporte ha alcanzado un punto en donde los beisbolistas llegan al límite de sus habilidades para conseguir los mejores resultados y esto tiene un lado positivo pues el producto que se le ofrece al fanático de béisbol es cada vez mejor, sin embargo, tiene también un lado negativo y es uno que estamos viendo en todos los deportes. Al llevar sus habilidades y técnicas al límite, los cuerpos de los atletas están comenzando a ceder y ello se ve reflejado en la cantidad de lesiones que se ven hoy en día en absolutamente todos los deportes.
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