Por Natalia Ortiz
‘La maravilla’ es el nombre con el que muchos conocen a Rosbil Guillen, un Para atleta que logró conseguir el quinto puesto en Tokio 2020 y obtuvo un diploma como esfuerzo al participar en la categoría T1 de 5,000 metros. Este logro se dio en compañía de sus dos guías: Carlos Guevara y Ferdinand Cereceda, quienes son unos hermanos para él. Han pasado tres meses aproximadamente desde que se realizaron los Juegos Paralímpicos y este Para deportista cuenta algunos detalles de su vida y su preparación rumbo al próximo Open de diciembre que tendrá como lugar Ibagué, Colombia.
En la vida de Rosbil, todo camino no ha sido fácil, ya que desde que perdió la visión, tuvo que enfrentar varios obstáculos; sin embargo, pudo salir adelante una vez superado ello. “Agradezco por lo que he pasado, porque si no hubiese sido por ese accidente, no sabría donde hubiese estado en estos momentos”, indica en entrevista.
A los 16 años, perdió la vista cuando trabajaba en una mina. Por negligencia de sus superiores, presenció el detono de una dinamita de la que nadie se percató. “Ahí es donde pierdo la vista, se me abre el pecho y casi pierdo un brazo. Reaccioné cuando ya no podía ver, fue más triste en el momento. Fue doloroso, era hasta un arrepentimiento de haber existido. Todo eso tuve que superarlo”, añade.
Como bien menciona, este cambio le sirvió para poder tener más “disciplina, orden, puntualidad y responsabilidad”. En otras palabras, ser un para atleta, lo rescató de lo que podría ser una vida llena de arrepentimientos y depresión. No solo eso, con el pasar del tiempo, Rosbil se ha enfrentado a diferentes pruebas en su vida como el momento en el que la medalla de oro se le fue arrebatada de sus manos en los Parapanamericanos Lima 2019.
“Cuando perdí la medalla de oro, yo dije ya gané y solo me enfoqué en la otra competencia. Yo estaba contento, no era mi culpa, pero mi guía estaba afectado. Tuve que darle tranquilidad porque con él siempre he entrenado”, comenta Rosbil, quien a su vez destaca que todo deportista tiene que tener mucha fortaleza mental para enfrentar situaciones como las de ese tipo.
Si bien su paso por Tokio 2020, estuvo lleno de buenos momentos, considera que le hubiese ido mejor si el clima hubiese sido otro. “Lo único que me afectó en la competencia, fue la alta temperatura”, señala. A pesar de ello, la rutina que llevó previo a los juegos, fue intensa.
Durante la pandemia tuvo una lesión, ocasionada por el desgarro en el músculo y debido a ello tuvo una fisura en su dedo que lo hizo parar casi dos meses. Llevó tratamientos para recuperarse en México, lo cual considera que fue doloroso, pero efectivo. Se recuperó y siguió entrenando en plena pandemia para representar de la mejor manera al país en los Juegos Paralímpicos. En un inicio, los entrenamientos se dieron dentro de casa con ejercicios focalizados, pero luego con la ayuda del IPD, volvió a las pistas de atletismo.
Ya en Japón, a lo largo de su estadía, Rosbil Guillen pudo aplicar diferentes técnicas y estrategias para que el golpe de calor no le afectase tanto y de esa forma lograr un buen resultado. “Mi estrategia fue pegarme a los atletas para cortar el viento y para seguirlos. En Tokio la carrera se hizo rápida y quise abandonar en la quinta vuelta, pero seguí. En cada carrera, lo que hago es escuchar a los atletas y seguir los pasos”, resalta al recordar cómo vivió esos minutos en de gloria.
El joven Para deportista se encuentra en compañía de sus dos guías – Carlos Guevara y Ferdinand Cereceda – entrenando con miras a los Open de Colombia. Es en ese lugar donde piensa emplear varias de sus estrategias donde se volverá a encontrar con más de un Para atleta que participó junto a él en los Juegos Paralímpicos.
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