Por Darenka Abanto
A lo largo de la historia de la Fórmula 1, han existido pocas mujeres que han participado en esta categoría de las carreras y han marcado el camino para que las mujeres se aventuren en este deporte.
Maria Teresa de Filippis, la italiana pionera, es la única mujer en haber terminado una carrera dentro de los primeros cinco puestos en la parrilla tomando el quinto lugar. Este hito, lastimosamente, fue en una carrera que no otorgaba puntos para la clasificación mundial; sin embargo, las hazañas de Filippis en la pista, han sido reconocidas hasta por el mismísimo Juan Manuel Fangio, quien fue su colega allá por los años 50.
Sin embargo, hablar de las mujeres en la Fórmula 1, es un tema que abre la puerta hacia un debate más amplio, ya que hace un par de años, se ha incrementado la categoría femenina de este nivel de carreras, una competencia netamente destinada a corredoras mujeres: la W Series. Si bien, algunas personas lo consideran como un gran paso para la igualdad de condiciones en las carreras, existe otro sector de la población que discrepa con esta idea. Por ello, analizaremos a continuación si las causas de la segregación en la Fórmula tienen como objetivo la igualdad de oportunidades o simplemente la segregación en el deporte y el reforzamiento de estereotipos.
Si bien, a lo largo de la historia de la F1, se ha contado con pioneras al volante como Lella Lombardi, Divina Galicia, Desire Wilson y Giovana Amati, por mencionar a las pilotas más destacadas, el género femenino es representado por una porción pequeña en comparación al masculino. Ello nos lleva a pensar, ¿realmente es tan difícil para una mujer ser pilota, o hay otros factores implicados?
Evidentemente, como en todo deporte, en los motor-sports, hay una pauta social implícita basada en la exclusión de género, cuando tanto un deporte es considerado como “solo de chicas”, como “solo de chicos”. Si bien, este no es un elemento determinante para el rendimiento de los y las pilotos, podría considerarse peligroso para el desarrollo del ambiente deportivo ideal, y aunque, no puede afirmarse, a ciencia cierta, que los comentarios discriminatorios son un mal hábito presente en todos los pilotos de fórmula, es preciso mencionarlos cuando se habla de segregación de género.
Este estigma que existe sobre las mujeres en las carreras de F1, se argumenta en las declaraciones alarmantes de algunos representantes masculinos de este deporte, que nos ponen a la vista los prejuicios que existen al respecto y cuán alarmante es la idea de la supremacía del orgullo masculino. Es en 2014, cuando Sussie Wolf, esposa de Toto Wolf (actual director ejecutivo de Mercedes-Benz F1 Team), participó de forma oficial en un fin de semana de carreras, lo cual llevó a que varios pilotos en la parrilla de ese año dieran sus opiniones al respecto. La más alarmante y polémica de ese momento fue la mencionada por el tapatío Sergio ‘Checo’ Perez, cuando declaró para una cadena televisiva internacional: “Imagínate donde te gane una mujer, ahí ya es el colmo, entonces mejor que se vaya a la cocina”.
De igual forma, declaraciones como las que hizo el expiloto y actual asesor de la escudería Redbull Racing, Helmut Marko, sobre cómo la brutalidad de la fórmula 1 no es compatible con la naturaleza de las mujeres, nos llevan a pensar dos veces si en realidad la creación de la liga femenina en este nivel de competición está enfocada reducir la brecha de competición que existe físicamente entre los hombres y mujeres
Para afirmar que las carreras de Fórmula 1 no van acordes con la naturaleza de la mujer por los brutales accidentes que exhibe este deporte, se debe definir inicialmente: ¿Qué implica la naturaleza de la mujer?
Lo que nos dice la socióloga francesa Évelyne Sullerot, respecto a la “naturaleza femenina”, es que, en la mayoría de los casos, esta se describe partiendo de la norma masculina, que le asegura al hombre una exclusividad que el otro sexo no puede refutar sin violar el “orden natural”. Existen, mujeres que practican deportes considerados como “masculinos”, ya sea el boxeo, las artes marciales mixtas, Hockey, rally, entre otros, así que podemos considerar desacertado que las mujeres no pueden competir en la F1 debido a la barbaridad de los accidentes.
Estas afirmaciones nos llevan a plantear la pregunta: ¿Entonces por qué no hay un número destacable de mujeres en la Fórmula 1?
Bajo cualquier circunstancia, sin importar el género, se necesita una preparación física específica y rigurosa para conducir un monoplaza bajo las Fuerzas G (de gravedad) que actúan durante una carrera. Sin embargo, también, que se necesita una cierta forma física para utilizar el volante con precisión, que no todas las mujeres pueden tener, pero que tampoco todos los hombres.
Una premisa que las estadísticas respaldan, es que, en las competencias previas a la fórmula 1 como el GP3, la F2, el GP2, etc., donde los volantes no tienen dirección asistida, a un piloto le llega a costar hasta tres veces más controlar con precisión la dirección de la monoplaza. Esto, debido a que en los World Series, lo primordial es la configuración del vehículo para mejorar el agarre en las curvas, lo que implica que desde el volante, se debe reducir el avance del vehículo, lo que lo vuelve más duro de manejar en una carrera donde se le suma la carga aerodinámica del vehículo, por solo mencionar los factores de la física que influyen en una carrera. Esta estrategia, limita a las mujeres en un 30% más en comparación a los hombres por su capacidad muscular, incluso si pueden dominar este intercambio de fuerzas durante una carrera, se les complicaría acelerar más que un hombre, y al ser esta serie de competencias, previas a la Fórmula 1, este factor se vuelve un bloqueo para las mujeres que quieren acumular puntos para llegar a esta clase más alta de las carreras.
Bajo lo anteriormente mencionado, un punto importante que agregar, es que llegar a F1, estadísticamente hablando, es difícil. De los más de 100 pilotos en busca de una plaza, solo el 20% tienen lugar, de ello, si contamos que por cada 100 pilotos hombres, hay 1 o 2 pilotas mujeres, las probabilidades para una mujer, de alcanzar una plaza se reducen de 20% a 0.4%. Estos, pueden ser considerados factores científicamente válidos para explicar por qué las mujeres deben tener una competencia de fórmula separada de la de los hombres.
El plan a largo plazo para llevar a más mujeres a las carreras de nivel F1, es fomentar los deportes base como karting, copas de promoción y categorías de fórmula inferiores, desde edades tempranas, tanto en hombres como en mujeres, lo cual aumentaría las probabilidades de que, en un futuro, se vean más talentos femeninos en este deporte.
Si bien, hay muchas posturas frente a la creación de la W Series, mi percepción es que, si bien no sería lo ideal dividir los campeonatos automovilísticos en base al género, el factor físico es innegable frente a la desventaja real que existe en las carreras mixtas. Sin embargo, con ello se debe aclarar, que esta ventaja es netamente por factores físicos de todos los seres humanos y no por las cualidades o habilidades de pilotos que ambos géneros poseen. Por ello, es importante destacar y esclarecer que, bajo estos términos de división de género, no se busca fomentar estereotipos o malentendidos que den paso a comentarios machistas y/o sexistas de ninguna índole, sino lograr que todos los pilotos puedan desarrollar su máximo potencial en las competencia.
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