Por Guillermo Falcón Rodríguez
El tenis vive una época dorada. A partir de la década de los 2000, cuando el récord de 14 Grand Slams logrado por Pete Sampras parecía inalcanzable, aparecieron 3 jugadores destinados a escribir una obra histórica en este deporte. En el instante menos esperado, se empezó a denominar a este trinomio como “Big 3”. Pero, ¿quiénes son estos 3 tenistas capaces de mantener un legado sin precedentes en el tenis?
El primero en surgir fue Roger Federer. Desde sus primeros años, el suizo mostraba destellos de un juego elegante: sus golpes eran considerados los ideales para cualquier tenista. Logró 16 títulos de Grand Slam entre 2003 y 2010 (6 Wimbledon, 5 US Open, 4 Australian Open y 1 Roland Garros). Superó el récord de Pete Sampras en poco tiempo y la figura de Roger se llevó el corazón de miles de fanáticos por el mundo. Como se evidencia en sus títulos, Federer se volvió un especialista del césped y esto contribuyó a convertirse en el “caballero” del tenis, gracias a su juego vistoso y su conducta adecuada en la cancha. Posteriormente, logró 2 títulos más de Wimbledon y 2 de Australian Open para llegar la cifra histórica de 20 Grand Slams.
Si bien Federer mostró una supremacía notable en los Grand Slams de aquellos años, había una superficie en la cual no era un experto: la arcilla. No obstante, como si un libreto se encargara de dirigir la obra, surgió desde España un jugador con características ideales para esa superficie: Rafael Nadal. El “matador” deslumbró al mundo con un espíritu luchador y un esfuerzo físico asombroso en cada partido. Su torneo favorito se volvió Roland Garros. Desde su primer título en 2005, Nadal se adjudicó 13 veces este torneo, una cifra nunca antes vista y con un récord impresionante: 104 victorias contra 3 derrotas. Por ello, se ganó el apodo de “rey de la tierra batida”. Además de los 13 títulos en París, ganó 4 US Open, 2 Wimbledon y 1 Australian Open, para alcanzar también los 20 Grand Slams.
Si a esta obra le faltaba un “conflicto”, el 3° miembro del Big 3 reunió las condiciones necesarias para crearlo. A finales del 2010, cuando Federer y Nadal dominaban el circuito a placer, empieza a destacar Novak Djokovic, un tenista proveniente de Serbia, país sin tradición tenística. Si Roger Federer era el mejor césped y Rafael Nadal en arcilla, Djokovic se adueñó de las canchas duras, aunque poco a poco se especializó en las demás superficies. En 2008, logró su primer título de Grand Slam en Australian Open y el único en esa década. El serbio ha logrado su mejor nivel a partir del 2011 y logró igualar a Federer y Nadal con 20 Grand Slams en total (9 Australian Open, 6 Wimbledon, 3 US Open y 2 Roland Garros). De este modo, es el único en lograr los 4 Grand Slams al menos 2 veces. A diferencia de Rafa y Roger, Djokovic ha mostrado una personalidad más efusiva y su temperamento se refleja mucho más en la cancha a comparación de sus dos rivales. Por su momento actual, es el indicado a convertirse en el más ganador de los 3.
Todos los datos mencionados colocan al “Big 3” como los tenistas más exitosos de la historia. Sus logros han superado lo hecho por otras leyendas del deporte. Por ejemplo: Rafael Nadal, solo en Roland Garros, supera la cantidad total de Grand Slams ganados por Bjorn Borg (11) o Jimmy Connors (8). Además, entre ellos han conseguido 56 de los últimos 65 torneos grandes.
Esto evidencia el dominio total de estos jugadores y su capacidad de superar cualquier expectativa, además de ser contemporáneos, lo cual nos ha regalado muchos partidos memorables entre ellos. A pesar de superar los 30 años, han logrado adaptar su juego a sus condiciones físicas y fortalecer su mentalidad, lo cual les ha permitido continuar con su dominio absoluto en los grandes torneos a pesar del paso de los años. Tres tenistas en plena lucha para adjudicarse el trono de “El mejor de todos los tiempos”. El “Big 3” cambió a historia del tenis y elevó la competitividad de este deporte a niveles estratosféricos. El tenis nos había guardado la llegada de 3 gladiadores capaces de superar todos los récords y colocarse en la cima del deporte. El mensaje final es disfrutar la mejor época del tenis, la cual es y será única, porque luego de estos titanes es posible no observar algo similar. En este contexto, encaja adecuadamente la frase: “No los compares, disfrútalos”.
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