Por Gonzalo La Torre Elera
Segundo día de los playoffs. Segundo partido del día: Juan Pablo Varillas contra Hugo Dellien, ambos son la primera raqueta de su país respectivamente. Es quizá el partido más esperado de la fecha de Davis. El sol bajó y ya rondan las dos horas y media de juego. Las cuatro tribunas del Lawn Tennis están repletas y corean: Juanpi, Juanpi, Juanpi. Ya no se respetan los espacios de prensa y espectadores, y el coliseo late al unísono del tenista peruano. Pasan dos bandadas de alguna ave de la zona, graznando, ida y vuelta, como queriendo quedarse a apoyar a Juan Pablo. La barra silva, aplaude, ríe. El juez, español tiene que pedir que guarden silencio, pero por un momento decide dejarlos alentar. No se puede distinguir con claridad si es un partido de tenis o de la selección de fútbol nacional, pues los cánticos son los mismos, y la intensidad también. Ya lo diría Américo Venero después: “Los jugadores necesitan que la gente los apoye así, siempre.”
La jornada fue apasionante. Es la mejor forma de describir lo que se vivió el 4 y 5 de marzo en el Lawn Tennis. La figura de Juan Pablo Varillas fue determinante, pero el rol de Sergio Galdós también, así como el apoyo de todos los miembros del equipo nacional. La clave fue el trabajo conjunto, “una familia”, como señala Tupi Venero. Los encuentros fueron sumamente parejos y ningún tenista pasó por encima a su rival, salvo ciertos momentos de cansancio de los atletas que causaron descensos en sus rendimientos.
El calor fue intenso ambos días de la serie. No estaba permitido el ingreso de bebidas por el protocolo sanitario -que no es que se cumpliera demasiado pues casi nadie usaba mascarillas correctamente- medida algo cruel dadas las condiciones climáticas. Si el público sufría por el sol, cómo habría sido para los tenistas, o para Juan Pablo mejor dicho, que jugó 6 horas de partido entre el viernes y el sábado.
Tras la victoria sobre Hugo Dellien, en el primer día, fue una hora y media de juego bajo el implacable sol. No fue un partido sencillo, a pesar de lo que se pensó en la previa. El aspecto físico le jugó en contra a Varillas, pero desde ese momento el público comenzó a apoyarlo.
Conner, por su parte, no obtuvo un buen resultado pero por el empuje del público logró equiparar los sets por momentos. Pero la jerarquía de Hugo Dellien peso más.
El sábado 5 se produjo un cambio, en la pareja de Sergio Galdós. Salió Gonzalo Bueno y entró Juan Pablo, de nuevo. Tupi quería asegurar ese punto, aunque el riesgo era grande: Varillas tendría un gran desgaste antes de jugar contra Hugo. Pero la estrategia resultó, pues lograron remontar un 1-2 abajo y consiguieron el segundo punto para Perú. Sergio declaró que el aliento de la hinchada fue sustancial para levantarlos cuando bajaban el ritmo. La gente estuvo con ellos.
Finalmente llegó el encuentro entre Juan Pablo y Hugo. Se esperaba que el partido estuviera parejo, pero no como resultó en realidad. Fueron tres horas de juego, que se definieron en “tie break” pues llegaron hasta el 6-6 en el tercer set. Varillas ya había jugado más de 5 horas y aún así seguía respondiendo. “El cansancio influye, pero en ese momento surge la actitud. Tupi me dijo que hiciera lo que yo sé y fluya en el juego”, dirá después. El partido no podía estar más parejo. Hasta Luis Horna se frotaba la frente y observaba atónito el campo de arcilla. Hugo cometió errores no forzados y Juan Pablo logró imponerse 8-6, sellando el triunfo de Perú en la serie. Las tribunas estallaron, y Juanpi se recostó en el suelo, emocionado. Sus compañeros entraron al campo corriendo y lo abrazaron, mientras que el público le regaló una serie de merecidos aplausos casi tan largos como su partido. Estaba feliz, pero no pudo celebrar como se debe pues debía viajar a Santiago a la mañana siguiente para participar en una nueva competencia deportiva. “Así es la vida del tenista”.
Alex dice
El tenis nos da grandes alegrías desde hace un buen tiempo y ahora es practicado por muchas más personas. Linda nota