Por Guillermo Falcón
Punto para campeonato a favor de Ashleigh Barty ante Danielle Collins en la final de Australian Open 2022. Luego de golpear una derecha cruzada, desata la euforia de los espectadores en la Rod Laver Arena. El sueño se hizo realidad: Barty se proclama campeona del Australian Open. Luego de 44 años, una tenista australiana lograba triunfar como local, junto a su público. Curiosamente, no solo los fanáticos estallaron de alegría luego del punto. La misma Barty soltó un grito al concretar la victoria. Una expresión pocas veces vista en ella. Usualmente, suele ser mesurada para celebrar. Esta vez, se notaba su deseo de ganar, en búsqueda de cumplir una gran ilusión en su país. Además, la número 1 del mundo confirmaba su dominio en el circuito femenino.
El excelente comienzo de temporada auguraba un buen 2022 para Barty. Sin embargo, el 22 de marzo, publicó en sus redes sociales un sorpresivo anuncio, posiblemente, la noticia más impactante del año en el tenis femenino: a sus 25 años, confirmó su retiro como profesional. La número 1 del mundo asombró a todos con su declaración, sobre todo porque se encontraba en su mejor momento, con el reciente título en Australia. De esta manera, ese punto de campeonato ante Danielle Collins, donde soltó el “rugido” luego de consagrarse, fue el último de una brillante carrera. Ash ha dejado huella en el tenis, con una historia digna de admiración y ejemplo para todas las personas aficionadas a este deporte.
Desde muy joven, demostró su potencial al ser campeona de Wimbledon Junior con 15 años. Sin embargo, asentarse en el circuito profesional no fue fácil. A los 17, sus primeros resultados notables llegaron en dobles, junto a su compatriota y gran amiga, Casey Dellacqua. Fueron finalistas en Australian Open, Wimbledon y US Open en 2013. La siguiente temporada, comenzó su camino en singles, aunque no consiguió afirmarse entre las mejores. Por ello, luego de caer en 1° ronda del US Open 2014, decidió alejarse un tiempo del tenis. “Quería vivir la vida de una adolescente normal, todo fue demasiado para mí viajando mucho desde muy chica”, afirmó en una entrevista realizada un año después para un medio local. Con 18 años, las expectativas eran muy altas y se tomó un descanso. A pesar de la decisión, Barty no se apartó completamente del deporte: pasó a jugar cricket, deporte muy popular en Australia. De esta forma, durante 2015, participó en la liga femenina de su país.
El descanso le permitió recuperar energías y reencontrarse consigo misma. Con el apoyo de su familia y los consejos de su amiga Dellacqua, reconoció extrañar probarse a sí misma y competir. De este modo, regresó en 2016 al tenis y debió empezar desde cero. Sin ranking, escaló con torneos ITF y clasificaciones a torneos WTA. El esfuerzo obtuvo recompensa y en 2017 ganó su 1° título en Kuala Lumpur, con el cual rebasó el top 100 del ranking. A partir de ahí, se encaminó para llegar a lo más alto. Consiguió 2 títulos en 2018 para colocarse entre las 20 mejores. Fue en 2019 cuando alcanzó la cima. Logró su 1° Grand Slam en Roland Garros y luego triunfó en Birmingham, para convertirse en número 1 del mundo de manera oficial. Cerró el año con broche al campeonar en las WTA Finals.
El 2020 fue complicado para ella, debido a las estrictas medidas del gobierno australiano ante la pandemia. Solo obtuvo 1 título (Adelaida) y culminó su temporada en febrero. En consecuencia, no participó en la reanudación del tenis, aunque conservó el primer lugar. A pesar de la inactividad, logró grandes resultados desde su regreso: 5 títulos en el año. Los más importantes fueron Miami, Cincinnati y el sueño de su infancia: Wimbledon. Además, obtuvo la medalla de bronce en Tokio 2020, en dobles mixto junto a John Peers. Barty ratificó su dominio en el circuito, pero aún le quedaba pendiente el título de Australian Open, en casa, con su querido público.
Este 2022, quedó claro el objetivo principal de Barty: campeonar en Australia. De esta forma, se alzó con el trofeo de Adelaida en la previa al primer Grand Slam del año. La gloria estaba a su alcance y ella no dudó en el objetivo de consagrarse. No perdió ningún set en todo el torneo en busca de su objetivo. De esta manera, otro sueño se hizo realidad: título y algarabía junto a sus compatriotas. Era la indicada para marcar un legado, la supremacía faltante en la WTA, mediante su estilo de juego: golpes variados, buena movilidad y fortaleza mental, factores claves para ser una jugadora completa.
En su mejor momento, declaró su adiós, en un breve diálogo junto a Casey Dellacqua, la amiga con quien compartió sus primeros triunfos. Con 25 años, luego de 3 Grand Slams, con 120 semanas como número 1 del mundo (114 consecutivas).
Ash Barty no solo ha destacado por sus notables resultados. Es muy querida en el circuito debido a su conducta ejemplar dentro y fuera de la cancha. Las demás tenistas la consideran una referente como persona, además de resaltar su amabilidad y humildad. Esto último quizá le brindó menor repercusión en comparación a anteriores número 1 (Serena Williams, Steffi Graf, Maria Sharapova, entre otras). Sin embargo, su sencillez es una cualidad propia y un factor adicional para admirarla. Además, siempre priorizó la parte humana, su propio bienestar. Por ello, hubo momentos donde se ausentó del circuito por un tiempo prolongado, con el fin de motivarse y así disfrutar de la competencia.
“En estos últimos meses, mi felicidad no dependía de los resultados. No hay nada más por dar, para mí el éxito es esto: brindarle al tenis lo máximo de mí. Nunca dejaré de amar el tenis. Ahora, estoy feliz y preparada para disfrutar la siguiente etapa de mi vida, Ash Barty como persona, ya no como deportista”, afirmó para explicar los motivos de su retiro. Posteriormente, recibió mensajes de admiración por parte de muchas jugadoras, las cuales dedicaron palabras de apoyo ante la decisión de la australiana.
Ashleigh Barty deja un legado histórico para el tenis, a pesar de su retiro prematuro. Finaliza como la 4° tenista con más semanas consecutivas en el número 1 (114). Asimismo, es un ejemplo de cómo llevar correctamente su carrera sin descuidar su bienestar personal. Por sus resultados en la cancha y su conducta ideal fuera de ella, será recordada como una de las mejores jugadoras del tenis moderno.
Gracias por todo, Ash.
Deja una respuesta