Por Milovan Byrne
Sábado 9 de abril del 2022. Medianoche en el VyStar Veterans Memorial Arena, en Jacksonville, Estados Unidos. La cartelera del UFC 273 ha ofrecido grandes peleas por lo que el público se ha quedado boquiabierto, casi al borde del suspiro y de la adrenalina. Queda una pelea, la más importante de todas: el título de peso pluma en juego. Después de la entrada de ambos luchadores, el Veterans Arena estalla de júbilo cuando el anunciador Bruce Buffer dice su famosa frase: “Itssssssssssss timeeeeeeeee”, mientras las luces se apagan y captan a los protagonistas de la velada. Por un lado, el poderoso campeón, Alexander Volkanovski, capaz de destruir a cualquier rival de su categoría. Sus números lo respaldan, siendo invicto en la UFC con 10 victorias en 10 peleas disputadas. Ahora se preguntarán: ¿Quién podrá parar a esta bestia del octágono? Yo les doy esperanza pues en la otra esquina tenemos de retador tenemos a un guerrero de corazón capaz de atravesar el mismísimo infierno y sufrir las peores consecuencias para lograr su objetivo: ser campeón. Su nombre es Chang Sung Jung.
Pero, ¿ quién es este pelador que quiere hacer historia? Lo que van a leer a continuación, es una realidad que vivimos en la actualidad. Para nuestro infortunio, todavía existen humanos con carencias psicológicas por falta de atención o cariño. La falta de presencia física y afectiva parental puede acarrear problemas de conducta, emocionales, mentales, entre otros. Algo que también lo podemos apreciar en el extraordinario libro de Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson “El poder de la presencia”, quien nos enseña a no defraudar en la responsabilidad de ser padres y en la consecuencia que le podemos dejar a quienes son nuestros herederos. Chang Sung Jung nació en Pohang, Corea del Sur en 1987. Desarrolló una infancia dura basada en la soledad, timidez para forjar relaciones sociales y tener un desconocimiento pleno del cual era su verdadera casa, ya que hasta la edad de 7 años pasaba en diferentes familias quienes lo cuidaban como si fuera un integrante más ante la ausencia de sus padres por trabajo. Su pasión por las artes marciales mixtas empezó casualmente. Cuando se encontraba en el colegio, Sung fue un clásico peleador de riñas callejeras. Seguramente pensarán que era un chico de muy mala gana con características de un chico malo, sin embargo, no lo era. Simplemente, le molestaba una constante en nuestro mundo actual: no soportaba la injusticia. Eso lo llevaba a defender a muchos chicos que sufrían de bullying, abusos físicos y psicológicos, entre otros. Sin embargo, estas peleas ocasionaron que el joven surcoreano desarrolle un grave problema de ira. Por ende, su tía decidió encontrar un método para apaciguar su constante ira. El método principal no fue llevarlo a un psicólogo (algo que Sung Jung le estará eternamente agradecido) sino que decidió llevarlo a una academia de MMA (artes marciales mixtas).
Mientras fue creciendo, el joven luchador presentó muchas dificultades emocionales, psicológicas, familiares, entre otras, lo que ocasionó que varias veces se le apareciera el fantasmal pensamiento del suicidio. Esta etapa fue dura y determinó el carácter del joven Sung. Asimismo, con el paso de los años fue capaz de superar los malos momentos que había vivido en su infancia para poder salir adelante en la adversidad, transformando su debilidad en su principal fuente de inspiración en el octágono y en su vida. Por lo tanto, su principal característica no es algo netamente físico. Tampoco sus impactantes golpes o patadas capaces de mandar a la lona a cualquier rival. Su principal virtud es una que muchos desean tener, pero pocos la pueden adquirir. Es la famosa frase que John Cena hizo famosa a escala mundial y en la cual creó una legión de seguidores. Dicha frase es la de: Never give up. O como se dice en español: «nunca te rindas». Sin embargo, la etiqueta de superhéroe no le quedaba para un guerrero como él. No quería que le reconocieran como un fiel amante de un típico héroe americano. Y para su buena suerte, en Corea no siguen ese ejemplo. Para un país de temáticas zombies, él era el principal protagonista. “The Korean Zombie” había llegado.
Sung Jung debutó en el 2007 en la MMA a través de empresas surcoreanas de artes marciales mixtas como Pancrase, Deep y Sengoku. Durante esa etapa cosechó la increíble racha de 10 victorias y solo una derrota en 11 peleas disputadas. Esta extraordinaria racha y el futuro prometedor que reflejaba bastaron para mudarse del K-pop a la cuna del Rock and roll. En el país americano peleó en dos peleas en la compañía Wec, en donde protagonizó una de las mejores peleas de la década pasada contra Leonard García. Al hijo ilustre de Pohang le bastaron dos peleas para lograr uno de los principales sueños de su carrera. “The korean zombie” había llegado para dejar huella y a marcar un legado en la mejor compañía de MMA del mundo en USA: la Ultimate Fighting Championship (UFC).
Tras su debut en el 2011 en la compañía, en su anhelada revancha contra Leonard García, Sung Jung logró 3 victorias de forma consecutiva, algo que cultivó grandes méritos que le permitió que en el 2013 lograra la primera gran oportunidad de su vida: luchar por el campeonato de peso pluma en el UFC 163. Para su mala suerte, el experimentado campeón brasileño José Aldo venía en un gran estado de forma y en ese entonces un inexperto Sung Jung terminó perdiendo en el cuarto round por TKO (el árbitro considera que no puede seguir en el combate). En esta instancia, muchos terminarían rindiéndose, abandonando el sueño que siempre persiguieron. Por el contrario, Sung Jung tomó esta lección como un nuevo comienzo y agregó una nueva frase a su palmarés de vida: “El fracaso es la manera de empezar de nuevo, pero más inteligente”. Era momento de empezar de nuevo.
Después de dos años de servicio militar obligatorio y de casi 3 años y medio sin pelear, Sung Jung volvió a partir de Corea del Sur con el objetivo en la mira de cumplir su sueño a toda costa. Desde su regreso al octágono de la UFC en el 2017, logró 4 victorias y 2 derrotas, algo meritorio que le permitió que la vida le dé revanchas: lograr una segunda oportunidad por el campeonato de peso pluma de la UFC. Otra vez peleará ante un campeón que no se la pondrá nada fácil, ya que Alexander Volkanovski tiene el récord de 10 victorias en sus 10 peleas en la UFC. Además, entre todas las peleas que compitió en diferentes compañías, tiene un récord de 23 victorias y de solo ¡una derrota! Incluso, no pierde desde el año 2013 en todas las competiciones de MMA. Un dato sorprendente que demuestra el campeón imponente que es.
En el papel, Sung Jung es inferior en las características, pero si hay algo que lo caracteriza es su espíritu de lucha interior que reluce en cada pelea, sobre todo cuando hay una inferioridad con respecto a sus rivales. Eso engrandece mucho más su figura porque sus victorias épicas son inesperadas para la mayoría de las personas.
Volvemos al 9 de abril y esperemos que se escriba un nuevo capítulo en el libro dorado de la MMA en donde sobresalga el triunfo de lo imposible sobre la expectativa y del éxito sobre el fracaso. Que en estos tiempos de sumas rendiciones nos entusiasmemos en cambiar nuestra mentalidad y ser partícipes del cambio de” me rindo” al “no me rindo”. No obstante, no me cabe duda, que, si vuelve a fracasar, “The korean zombie” volverá más fuerte que nunca, ya que en lo duro que ha sido su vida, él es consciente que el principal camino al éxito solo tiene una línea en el guion: “Never give up”.
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