Por Hans Junior Tello Vasquez
Valentina Shevchenko es, en la actualidad, una de las contrincantes más temidas en la UFC. Su increíble resistencia física, agilidad, contundencia en golpes y movimientos de sumisión la han llevado a coronarse campeona en Peso Mosca Femenino, a ubicarse en la cúspide del ranking Libra por Libra Femenina, y a ser considerada una de las campeonas más dominantes en la historia de la MMA o también llamada Artes Marciales Mixtas. “The Bullet” ha dejado un rastro avasallante (22-3-0), digno de un puesto en el Salón de la Fama de la UFC, al cual solo Ronda Rousey ingresó hace 4 años, como parte de la rama femenina.
Desde el momento que llegó al mundo, su destino ya estaba escrito. A los cinco años de edad, Valentina ya practicaba artes marciales. Conforme fue creciendo, cuando ya tuvo 11, tomó la decisión de formarse profundamente para competir a un nivel profesional. En vista de ello, su madre Elena Shevchenko, quien es Presidenta de la Federación de Muay Thai en Kirguistán, decidió contactar a Pavel Fedotov, para que sea el entrenador de sus dos hijas: Valentina, la menor; y Antonina, la mayor. Él aceptó y se hizo cargo de las hermanas Shevchenko, como su mentor. Fue el mismo Pavel quien le colocó a Valentina el apelativo de “Bullet”, luego de vencer, con 12 años, a un oponente de 22 años, en un campeonato local. En la sangre de Valentina corría claramente la pasión y el talento por la lucha.
La decisión junto a la filosofía de Pavel y el espíritu aventurero de Valentina, llevaron a desarrollar su entrenamiento a un lugar inesperado, muy lejos de Kirguistán, la tierra que la vio nacer, cambiando para siempre su vida y la cultura del deporte de ese país. Y aunque la vida la llevaría a un continente distinto, su meta sería inalterable.
“Como primera opción, decidimos ir a Perú”, comentó Valentina para el programa UFC Orígenes. Y fue así como, en búsqueda de mejorar y ampliar sus capacidades, Valentina, pasó de entrenar en las montañas de Asia Central, a intercambiar técnicas de golpeo y duros recorridos en la Cordillera de Los Andes, de la que se enamoró perdidamente, en su primera incursión en el 2008. Desde su gastronomía hasta su geografía, Valentina quedó fascinada de la cultura peruana, lo cual influyó en su decisión para nacionalizarse y representar el amor por esta nación. Sin duda, el Perú es una tierra que encanta e hipnotiza a cualquiera.
Poco a poco, mientras adoptaba nuevas formas de pelea, Valentina se fue haciendo un nombre dentro de las arenas de combate y representando al Perú por el mundo entero, logrando diez campeonatos mundiales en diferentes disciplinas de las artes marciales mixtas. Años más tarde, en el 2015, Valentina Shevchenko fue presentada a Dana White, presidente de la UFC, quien asistió al evento donde “The Bullet” iba a combatir, pero que, por infortunios del destino, no se realizó el encuentro. Sin embargo, esto no impidió el diálogo entre ambas figuras, la cual tomaría mayor relevancia y significado meses más tarde, al recibir la invitación para participar en la UFC y enfrentar a Sarah Kaufman.
Con casi dos semanas de preparación, Valentina tuvo un debut de ensueño y venció ampliamente a Sarah Kaufman, dejando impresionados a los dirigentes de la competición. Pero luego de ello, vendría el reto más difícil de toda su carrera hasta la fecha: enfrentar a la brasileña Amanda Nunes. Con tan solo tres meses desde su debut en el octágono de las grandes ligas, Valentina enfrentó a la entonces mejor luchadora del mundo en la pelea principal de la UFC 196. A pesar de la reñida pelea, la brasileña salió superior y victoriosa del campo de batalla. No obstante, esto no terminaría aquí.
En su camino a la revancha tan ansiada, Valentina enfrentaría a la ex campeona Holly Holm, la estrella que le arrebató el campeonato a Ronda Rousey; a la experta en peleas de piso, la venezolana Julianna Peña; e incluso a la propia muerte, cara a cara. En todas venció. Fue su esfuerzo, trabajo, talento y las palabras de su entrenador herido de bala que le permitieron acumular la fuerza necesaria para derrumbar todo y salir adelante.
Con esas victorias, la menor de las Shevchenko se hizo de un lugar para enfrentar, nuevamente, a la entonces campeona Amanda Nunes. El resultado de este enfrentamiento fue uno de los más controversiales del UFC, el cual favoreció a la brasileña, a pesar del dominio de golpes considerables de la representante peruana.
Tras la derrota, decidió incursionar en la nueva división de peso que el UFC inauguró: peso mosca. Desde su debut en 2018 hasta la actualidad, no hay rival que la pueda vencer dentro del octágono. La bala cautivada por los Andes peruanos se ha hecho indomable en la división. Sin embargo, los fans de la UFC, miran con buenos ojos un nuevo enfrentamiento entre la brasileña y la nacida en Kirguistán, para cerrar una trilogía que quedó picante con el último encuentro.
Sin duda, este es el mejor momento de la carrera de la menor de las Shevchenko. A pesar de ello, ella mantiene la humildad con cada paso que da. Con el enfrentamiento a la vuelta de la esquina frente a Taila Santos el próximo 11 de junio en Singapur, Valentina buscará salir victoriosa en su séptima defensa del cinturón mosca y superar el récord que posee la “mujer más mala del planeta”, Ronda Rousey. La Bala está lista para disparar.
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