Por Milovan Byrne
Espíritu combativo. Es una actitud proactiva y, en ocasiones, reactiva ante las situaciones adversas y desafiantes. ¡Que sería este mundo sin un buen espíritu combativo!. Dicha actitud ha contribuido al crecimiento de la civilización y a muchos logros de la humanidad. Para infortunio nuestro, en nuestro país, percibimos una situación con más sombras que luces. No basta con criticar nuestra inestabilidad política y los defectos macroscópicos que tenemos como sociedad. Es preciso combatir si en verdad queremos un cambio. La ausencia de espíritu combativo decanta en la consolidación de lo errado y defectuoso que trae como consecuencia un conformismo inconsciente, camuflado por la crítica estéril. Es preciso tener espíritu combativo, algo que, por ahora, parece que no somos capaces de desarrollar. Cuando dimensionemos el poder real del combatir decidida y enérgicamente, para cambiar la infortunada realidad, entenderemos la verdadera importancia de su significado.
La situación nacional se refleja en lo deportivo. La selección y su buen momento crearon un espejismo impidiendo ver el mal manejo del fútbol peruano, que se expresa en: clubes que son mantenidos por la federación, malos manejos dirigenciales y la poca inversión en las divisiones menores, entre otras falencias de nuestro desordenado, pero querido fútbol peruano. El efecto trae consigo que en los partidos “mano a mano” diferentes clubes sudamericanos nos devuelvan a nuestra propia realidad, dejando como lección el valor del trabajo duro y años de esfuerzo en comparación con nuestra “improvisación” priorizando el presente. Parece ser que el sueño de ganar o, al menos, competir de manera internacional solo se producía antaño, en la época de los 70, cuando éramos el amo y señor del buen pie y amante de la redonda; o si miramos más cercanamente podemos recordar el “Upa, upa, u papá. El Cienciano es el papá “del equipo cuzqueño que logró una hazaña indescriptible al ganar la Copa Sudamericana en el 2003 y Recopa Sudamericana en el 2004. Los dos y hasta ahora los únicos títulos internacionales de un equipo peruano.
Ahora, 19 años después de la obtención del título de Cienciano, un equipo peruano parece dispuesto a desligarse del ‘culebrón’ de problemas deportivos y está decidido a romper con el ‘maleficio’ tradicional. FBC Melgar de Arequipa se ha convertido en un equipo de excepción y está en cuartos de final de la Copa Sudamericana
Nada de esto es casualidad. Si hacemos una comparación entre ambas ciudades, podemos demostrar que tanto Arequipa como Cuzco son ciudades caracterizadas por el constante espíritu de lucha de sus ciudadanos, habiendo sido partícipes de momentos importantes de nuestra historia nacional. Por parte de Cuzco, cómo olvidar la rebelión encabezada por Mateo Pumacahua en 1814 y principios de 1815. Un acto valioso para la posterior independencia del Perú en 1821.
Por otra parte, los arequipeños inflan el pecho al recordar la rebelión de 1955, que destituyó al ministro de gobierno (ahora ministro del interior) Alberto Esparza Zañartu o mejor renombrado en el mundo literario en el libro “Conversación en la catedral” como ”Cayo Bermúdez”. Esta rebelión fue fundamental para el fin de la dictadura de Manuel Odría, quien ya iba 8 años en el poder.
Si hacemos una analogía con lo deportivo, podemos hallar que los jugadores de Cienciano y Melgar tienen un sentido profundo de pertenencia con su ciudad. Y mediante sus logros deportivos, inspiran un cambio macro-deportivo, demostrando que es posible salir del saco de problemas llamado fútbol peruano.
Ahora, centrándonos más en lo deportivo y en las respectivas campañas de ambos equipos pueden notarse más similitudes. De entrada, podemos ver que ambos cuadros tienen porteros de nivel selección. Por el lado de Cienciano tapaba el legendario Óscar Ibáñez, quien fue crucial para la obtención de la Sudamericana. Por otro lado, en Melgar, Carlos Cáceda es vital para mantener la valla invicta en el arco rojinegro, seguridad que también se percibió cuando le tocó reemplazar a Pedro Gallese en la portería nacional. En la defensa, el argentino Leonel Galeano le suma jerarquía al cuadro arequipeño, algo que también pasaba con el paraguayo Carlos Lugo en el equipo cuzqueño. En el mediocampo, podemos observar como el argentino Martín Pérez Guedes lleva una templanza y resiliencia para ser el principal conductor de balón de Melgar, lo cual se asemeja mucho a la función que tenía Paolo Maldonado en Cienciano, quien era el encargado de manejar la pelota. En un equipo más combativo que constructor, Maldonado era el calidoso del equipo, poniendo la dosis de buen juego al equipo del “papá”. Pero lo más importante es que ambos conjuntos tienen un centrodelantero de calidad: Germán Carty de Cienciano y Bernardo Cuesta de Melgar son goleadores que son el eje de sus equipos. Saben cuándo, dónde, cómo y en qué momentos influir. Esto sin dejar de mencionar el olfato de gol que llevan. Carty metió 6 goles en 10 partidos en todo el torneo. Cuesta tiene 8 goles en 10 partidos. Lleva más goles porque el sistema del torneo cambió, integrando una fase de grupos y que en la fase de cuartos de final lleve la misma cantidad de partidos que Carty sin haber llegado a la final del torneo. No obstante, no hay que desvirtuar lo hecho por el delantero argentino que está haciendo una gran campaña con el conjunto arequipeño.
Lo más irónico es el contexto del fixture. Para ganar la Sudamericana, Cienciano superó en primera fase a Alianza Lima (Perú), Universidad Católica (Chile), Santos (Brasil), Atlético Nacional (Colombia) y River Plate (Argentina). Cosa que hasta el momento tiene mucha similitud con Melgar, ya que hasta el momento ha enfrentado a un equipo peruano en primera fase (Cienciano), en fase de grupos clasificó ganándole a equipos como Racing (Argentina), Cuiabá (Brasil) y River Plate (Uruguay). Y lo más interesante: en octavos de final enfrentó a un equipo colombiano (Deportivo Cali) y en cuartos de final jugará con Inter de Porto Alegre (Brasil). A simple vista, solo en las fases de clasificación directas, Melgar ya tuvo similitud con Cienciano ganándole a un equipo peruano y colombiano, y jugará con un equipo brasileño en cuartos de final, tal cual le pasó al conjunto cuzqueño.
Ahora con todos estos datos anteriores ¿No parecen muchos indicios? No hay que pensar que esto es un presagio de campeón. Ilusión no, esperanza sí. Nadie daba por candidato a Cienciano hasta que eliminó al Santos de Robinho y Elano en los cuartos de final. Quien te dice que si Melgar da el batacazo pueda empezar a considerarse como un candidato a repetir la hazaña de hace ya 19 años. “Donde hay poder, hay resistencia” afirmaba Foucault, donde hay espíritu de combate es posible la victoria. Y esta es una prueba de fuego para demostrar que la “ciudad blanca” puede entonar un himno de gloria.
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