Por Sebastián Guerra
Universitario de Deportes está afrontando una de las campañas más bajas que se le recuerdan en el último siglo. No pelea el campeonato, el cual ya está casi perdido. La pelea tampoco está abajo, lo que ya ha sabido pelear en el pasado. Hoy la pelea de la U radica en salvar el año, pues está lejos de todas las competencias internacionales.
Los hinchas, pasionales y con una devoción absoluta cada fecha más marcada está acompañando en las tribunas. Antes de la pandemia, las tribunas del Monumental albergaban máximo a 10mil personas por fechas, pero hoy Universitario lleva 25mil personas por fecha en promedio. Eso le permitió ser el equipo que más asistencia registro en la apertura.
La hinchada responde, pero el equipo no lo hacía. Todos se preguntaban la razón y comenzaron los reclamos. Muchos de estos fueron airados, los cuales no llegaron a mayores salvo la lamentable ocasión en que barristas agredieron a futbolistas en pleno entrenamiento del equipo.
La respuesta se creía que era el entrenador, pero en realidad es el armado del plantel. No se tuvo nunca un reemplazo para Valera. Más allá del doblete de Succar en el último partido, la U tuvo, a lo largo del año, una clara dependencia de Alex Valera. Se tenía una sobrepoblación de volantes en el equipo, no se tenían extremos naturales y no había reemplazos fijos para los centrales. Lo que empezó mal, pues tiene que terminar mal. La U suma un año más sin campeonar.
Así, durante el año, Universitario ha tenido varios entrenadores a lo largo del año. Gregorio Pérez fue quien armó el plantel a inicios de año, pero salió del club a una semana del inicio tras sufrir un problema médico. Su reemplazo fue Edgardo Adinolfi, su asistente técnico. Tras un mal inicio, se designó a Manuel Barreto para que dirija el primer partido de la temporada. Tras la victoria 3-0 ante Cantolao, llegó el Uruguayo Álvaro Gutiérrez, pero su paso fue muy malo por el club, incluyendo una goleada contra Alianza.
Posteriormente, de manera interina se designó al Coco Araujo como técnico principal. Su continuidad dependía de los resultados. No le fue mal, pero se optó por la llegada de Carlos Compagnucci, quien ya había dirigido a la U en el pasado y tuvo éxito. “Compa”, como le dicen todos, dio salida a varios jugadores del plantel a fin del torneo apertura.
Algo quedaba claro para los hinchas: Compagnucci debe dar una idea al equipo. Se debe notar su mano. La meta es el torneo internacional a fin de año y desde 2023 en adelante, como manda la historia, se les exige el campeonato.
La mano de Compagnucci se ve en el campo de juego. Más allá del bajo nivel de algunos futbolistas cremas, el técnico tiene una idea clara de cómo quiere que juegue su equipo. Presionando todo el partido, intensidad y ataque por las bandas con extremos que cierren más y laterales que jueguen bien abiertos.
Compagnucci no se hizo dramas con la salida de Valera. Tuvo claro desde el inicio que Alexander Succar era su 9 titular desde ese momento y el tanque ha respondido. Pelea cada pelota, es potente, tiene ocasiones y en el último partido se le abrió el arco y marcó un doblete, algo que no le pasaba desde el 2016 cuando jugaba por la San Martín, curiosamente ese día enfrentó a la U en el Callao y quedó 4-4 el partido. La U iba perdiendo 4-0 en algún momento.
El hincha crema nunca dudó del coraje de Succar al jugar. Resulta hasta conmovedor ver al 9 meter y defender la camiseta en la cancha, pero el hincha y la camiseta de la U no esperan. Si eres 9 se te piden goles. Hoy Alex tiene 3 goles en el torneo clausura y el hincha espera que vengan muchos más.
La U venía de 3 derrotas consecutivas. Municipal en casa y dos visitas a Trujillo y Cusco ante Vallejo y Cienciano respectivamente fueron los escenarios y rivales. La U dejó la sensación de haber merecido un poco más, pero también cayó en baches y momentos donde no se les veía una idea.
Universitario mejoró con la llegada de Compagnucci y algunos jugadores alzaron su nivel. Piero Quispe juega más libre, Jordan Guivin es un auxilio para él y para Claudio Yacob en la volante. Es el equilibrio. Polo y Quintero están alzando su nivel partido a partido, pero siguen lejos del nivel que solían tener. Carvallo sigue siendo fundamental, pues evita que le conviertan mucho a la U.
Reivindicación:
Universitario contrató para esta parte del año a Guivin y Yacob. El argentino no ha jugado lo que se esperaba hasta el momento y, para coronar, tuvo un mal debut contra Municipal. El ex Rosario Central fue clave en el gol de la visita tras un mal pase atrás que Ovelar capitalizó bien. Contra Binacional tuvo revancha y jugó un muy buen partido, demostrando que si se pone en forma puede ser de mucha ayuda. Ayudó en la salida, generó la salida del primer gol crema y ordena siempre el bloque defensivo. Habla todo el partido. Estas son algunas de sus estadísticas:
- 60 pelotas tocadas.
- 86.7 % pases correctos
- 4 balones largos (3 acertados)
- 4 duelos ganados de 7
- 5 balones aéreos ganados de 7
- 5 despejes
- 3 intercepciones
Compagnucci ya tiene un equipo base, una idea clara de juego y el apoyo de los hinchas. Lo siguiente es lo más complicado de lograr: los resultados. La U no espera. Está contra el tiempo. Tic Tac, el objetivo es la Copa.
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