Por Miguel Taype y Milovan Byrne
Los clásicos son partidos con gran trascendencia emocional como histórica tanto para los hinchas como para los jugadores. Vencer a tu clásico rival es una sensación única; no obstante, esa sensación aumenta cuando se da en un torneo tan importante como la Copa Davis. Se sabe que entre los peruanos y chilenos existe una gran rivalidad y en el tenis no es la excepción. Además, dicha rivalidad es enriquecida con el dato de que Perú no le gana a Chile hace 28 años. Por lo cual, el plato está servido para una gran exhibición por parte de los protagonistas y los espectadores.
Día 1: Del optimismo a la cautela
El sábado 17 de septiembre a las 3:00 p.m. fue el primer partido entre la escuadra peruana y chilena. Por el lado de Perú, Nicolás Álvarez, la segunda raqueta peruana, era el elegido para disputar el primer partido. En el caso de Chile, su principal arma iniciaría la serie: Alejandro Tabilo. Ambas hinchadas estaban presentes. Estas tendrían su partido aparte.
Antes del partido, los fanáticos peruanos cantaban “Yo soy peruano” a todo corazón con un sol terrible, algo inusual estando en invierno. Los cantos seguían hasta que Álvarez ingresó al campo de juego. La tribuna comenzó a corear su nombre a una sola voz: “Nicolás Álvarez, Nicolás Álvarez, …”.
Empezó el partido y todos atentos. Nicolás Álvarez empezó con todo. La segunda raqueta peruana se enfrentaba a la primera raqueta chilena. Sin embargo, el tenista peruano no podía seguirle el paso. Alejandro Tabilo era superior. Aun así la hinchada seguía dándole ánimos a Nicolás.
Acabó el primer set. Tabilo fue una aplanadora. 6-2 fue el resultado. No obstante, se observó la gran actitud de Álvarez para no bajar los brazos e ir por la ‘heroica’ en el segundo set.
Al comenzar el segundo set, se notó a una Nicolás Álvarez distinto, tal vez fue algunas palabras que le dijo el ‘Tupi’ Venero antes del segundo asalto o tal vez fue su capacidad de resiliencia, la cuestión es que era un Álvarez diferente. En un momento, el tenista peruano estaba ganando por 4 juegos a 3, pero Tabilo demostró porque está en el ranking 69. La primera raqueta chilena sacó todo su arsenal y remontó. El segundo set terminó con un resultado de 6-4. Chile se adelantó por 1-0 ante Perú. No obstante, aún faltaba el último partido del día.
Antes del encuentro de Juan Pablo Varillas, las tribunas se llenaron de más fanáticos peruanos esperando ver a la primera raqueta del Perú. Todos los peruanos estábamos a la expectativa de que Varillas empate la eliminatoria. Sin embargo, no la tendría fácil, al otro lado de la cancha estaba un alto y talentoso, Nicolás Jarry, la segunda raqueta chilena.
El partido comenzó con todo, ambos muy parejos, por momentos destacaba Varillas y por otros momentos Jarry se llevaba el protagonismo. Uno se adelantaba por un juego y después el otro lo empataba. Un verdadero partidazo.
En este juego, también hay que destacar a la hinchada peruana, la cual, ante cada pausa, alentaba a Varillas con bombos y cánticos.
El primer set terminó 6-6, por lo que se tuvo que jugar un tie-break. Todos los peruanos y chilenos estaban con los pelos de punta. La definición de este set era no apto para cardíacos. Ambos jugadores lo dieron todo bajo el frío y cambiante clima de Lima, pero el ganador fue Juan Pablo Varillas por 7-6. Varillas estaba a un set de conseguir la victoria, pero Jarry aún tenía más para dar.
En el segundo set Jarry arrasó. Cada saque del jugador chileno era un punto fijo. Apenas iniciando el partido, Chile ganaba por 2 juegos a 0. Iba pasando el tiempo y Jarry no se cansaba. Ganaba cada juego hasta quedar 6-1. Todo el según set se veía a un Varillas desconcertado. Todo parecía a favor de Chile. Así como Jarry crecía, la hinchada chilena también: “Chi, chi, chi, le, le, le, ¡vamos, Chile!” se escuchaba.
En el descanso ante del tercer set, el ‘Tupi’ Venero se acercó a Varillas para darle algunas indicaciones. Se le veía exaltado. En la rueda de prensa preguntaron qué fue lo que el ‘Tupi’ le dijo a Juan Pablo y el capitán peruano respondió: “Si digo lo que dije en ese momento, me llevan preso”.
Al parecer esas misteriosas palabras ayudaron en la motivación de Juan Pablo Varillas, quien ingresó al tercer set con otra mentalidad. Cada drive de Varillas era distinto, con más fuerza. Estaba motivado. Este partido no se le iba a escapar. La hinchada peruana confiaba en él y se lo hacían saber. Juan Pablo dominaba el partido, aunque a veces Jarry lo emparejaba, pero el set terminaría con un resultado de 6-4 a favor de Perú. Toda la fanaticada peruana enloqueció cantando “Como no te voy a querer”. La primera raqueta peruana había empatado la eliminatoria.
Día 2: El Vínculo hinchada- tenista
-Compadre ¿Usted es periodista?
-Sí claro
– Hoy Juega Varillas, ¿no?
-Juega el cuarto partido
-Ah bacán. Porque solo he comprado la entrada porque es el único a quien conozco y he visto jugar. A los de dobles no los conozco ni en peleas de perros y a Álvarez lo conocí ayer, pero no importa. Yo amo el tenis y vengo a alentar a Perú así no conozca a casi la mayoría de sus tenistas. Y eso me motiva a pagar las 200 lucas de Norte que, por cierto, es un precio exagerado para el frío que hace, causa.
Cuando el señor Óscar de chompa verde, pantalón mostaza, zapatos negros, con un corte similar a “James Bond” me comentó que venía a alentar a Perú solo por patriotismo, pese a no conocer a la mayoría de sus tenistas tuve un sinsabor especial. Por un lado, me alegraba saber que “Juanpi” Varillas está logrando que el tenis nacional esté siendo cada vez más popular en nuestro país y que sea uno de los motivos para que la gente se anime y vaya a apoyar al equipo peruano, más aún luego que el capitán del equipo nacional Américo “el tupi” Venero manifestara que el apoyo de la gente es fundamental para el tenista. Por otro lado, me sonaba mal que la gente vaya únicamente para apoyarlo a él y que el apoyo disminuyera cuando él no jugara. Es como si en la selección apoyáramos cuando juega Lapadula de centrodelantero ¿Acaso nuestro apoyo disminuiría si en esa misma posición jugara Ruidíaz u Ormeño? ¡Para nada! Porque nosotros no apoyamos a una individualidad, sino a un colectivo en conjunto. Aunque ese interrogante me generó muchas dudas con respecto al posible quinto partido, era muy anticipado pensar que iba a ocurrir un escenario de tal magnitud. El partido de dobles, el de Varillas y el frío recurrente acrecentaba mis ganas de que todo terminara en el cuarto partido.
El partido de dobles de Sergio Galdós y Arklon Huertas del Pino (Perú) contra Nicolás Jarry y Alejandro Tabilo (Chile) fue peleado hasta cuando el equipo chileno empezó a demostrar su calidad. El primer set fue un peleado 6-4 a favor de Chile con varios pasajes en los que parecía demostrar que el equipo peruano podía dar el batacazo. Sin embargo, en el segundo set Jarry y Tabilo derrocharon toda su experiencia y su superioridad en el ranking ATP, pues Jarry (112) y Tabilo (70) supieron manejar con mucho aplomo la intensidad y los golpeos de los peruanos, quienes, en su desesperación, intentaban flanquear los ataques chilenos, sin conseguir mucho éxito. El segundo set quedó 6-1 a favor de Chile y Perú estaba obligado a ganar el siguiente partido si es que quería forzar un quinto partido.
Mientras que regresábamos de la conferencia de prensa observamos que había muchas personas que hacían cola para ingresar al Lawn Tennis, lugar donde se realizaban los partidos. La idea era clara: iba más gente porque conocían a Varillas. Aunque eso pasa a segundo plano cuando estamos en dificultades. Lo que importaba era el apoyo. Cuanto más hiciéramos sentir la localía, mejores chances íbamos a tener. Y eso se demostró cuando la hinchada estalló de júbilo en el momento que “Juanpi” ingresó a la cancha. La hinchada estaba confiada que Varillas, la primera raqueta nacional, iba a empatar la serie y llevar la serie a un quinto partido. Si bien la hinchada estaba confiada, lo cierto es que Varillas estaba más nervioso que un postulante en un examen de admisión. Y eso se notó en la cancha cuando en el primer set Tabilo arrasó con el peruano con un contundente 6-1. El ánimo cambió tanto que los cánticos de los 100 chilenos presentes se escuchaban con mayor intensidad que los peruanos.
Cuando empezó el segundo set el público peruano volvió a alentar pensando que Varillas podía salir con otra cara a jugar el partido, pero el modo seguía siendo el mismo. Ganó el primer set, perdió los 3 siguientes y estaba a un punto de perder el cuarto set. Sin embargo, a través del gran esfuerzo del peruano logró llevar a tie-break consiguiendo que el game se pusiera 3-2 a favor del chileno.
¿Se acuerdan de Óscar? Pues justamente nos recordamos de él cuando en el segundo descanso del partido de Varillas el público peruano resurgió cual ave fénix alentando al tenista peruano. Era el momento necesario para empezar a “apretar” al rival y la hinchada definitivamente jugó su papel. Los errores forzados, Massú y Tabilo mostrando su nerviosismo reclamando los pitidos del público peruano, el árbitro perdiendo la paciencia por los constantes cánticos de los hinchas peruanos en el momento del saque chileno se volvieron rutinarios. Por momentos hasta parecía un partido de fútbol de la selección peruana. Los hinchas coreaban “Cómo no te voy a querer” “Vamos peruanos que esta noche, tenemos que ganar” y eso le dio un segundo aire que más por garra que por juego sacó adelante ese partido. Volteó el segundo set por 6-4 y en un tercer set de locos, en el cual se turnaban los sets de uno en uno, Varillas quedó 5-4 con Varillas 40-30 arriba en el marcador. Por un momento hasta parecía que la pelota minúscula amarilla iba más lenta que una tortuga. Iba de lado a lado ¡y lo peor es que la transición seguía yendo lenta! Hasta que Tabilo mandó la pelota afuera, y hasta los mismos periodistas se olvidaron de la neutralidad y saltaron de júbilo ante la victoria peruana. Varillas se vistió de superhéroe y obró un milagro que parecía imposible. La serie estaba empatada 2-2 y todo se definía en el quinto set.
Último partido:
Así como la hinchada puede ser tu gran aliado, también puede ponerse en contra tuya. Lugo de la gran victoria de Juan Pablo Varillas, los peruanos estábamos más motivados que nunca. Solo faltaba el triunfo de Nicolás Álvarez para que la euforia que desprendía la hinchada se convierta en un festival. Álvarez era la cereza del pastel.
Los jugadores salieron al campo de juego y ‘Nico’ se veía entusiasmado. “Esta será mi noche” seguro pensaba. Se sentía el apoyo peruano hacia la segunda raqueta del Perú. Sin embargo, su oponente, Nicolás Jarry también estaba muy enfocado. Los pocos hinchas chilenos eran su fuerza.
Al empezar el partido, ambos jugadores estaban parejos. Un completo espectáculo. El primer juego fue chileno, pero Álvarez logró empatarlo. Estuvieron con esa dinámica hasta que Chile logra su tercer juego. Todavía la hinchada peruana creía en ‘Nico’.
El primer set acabó con un Jarry estupendo. 6-3 fue el global. Después del primer set, vimos una de las peores caras del hincha peruano. Somos muy pasionales. Cuando las cosas salen bien, apoyamos, pero cuando las papas queman, nos enojamos. Lo pasional es equivalente a lo impulsivo.
Comenzó el segundo set y, dios mío, Jarry era una máquina: 1-0, 2-0, 3-0. Nicolás Álvarez estaba desconcertado. No sabía lo que pasaba. Sin embargo, cuando más necesitaba la ayuda de la hinchada, esta no respondió de la mejor manera.
En el cuarto juego a 0, los hinchas peruanos se pararon y se comenzaron a irse. Nosotros solo pensábamos “ojalá, Nicolás no los vea”, pero seguro que lo vio y se decepciona. La decepción sería más grande cuando uno de los hinchas de la tribuna, recordamos que estaba arriba de nosotros, en oriente, gritó: “Pu.. madre Nicolás, deja de ca..”. Algunos hinchas más conscientes lo mandaron a callar, pero el daño ya estaba hecho. La hinchada peruana se peleaba, mientras que la chilena se unía. Y, esa unión se vio aún más cuando Jarry consiguió la victoria. 6-0 terminó el partido. Nicolás Massú y la banca chilena fueron a abrazarlo de una manera muy eufórica, mientras que nuestro compatriota se iba triste a los camerinos. No obstante, aún habían hinchas que se pararon y lo aplaudieron. Esos hinchas demostraron ser la ‘figura’ de este último día de Eliminatoria.
Una luz al final del túnel
Más allá de la derrota peruana, me quedo con la declaración principal del “Tupi” Venero en la conferencia de prensa post partido ante Chile: “Hace 5 años no teníamos un equipo de Copa Davis. Hoy tenemos un equipo consolidado que, poco a poco, está mejorando en su competitividad”. Que este aliento siga dándose. Se dice que el fútbol puede unir a un país, bueno yo replanteo eso generalizando que el deporte puede unir a un país. Y qué mejor ejemplo que el fútbol para demostrarlo. Si el fútbol logró eso ¿Por qué no el tenis? El peruano necesita unión, el tenis apoyo ¿Por qué no apoyarlos?
Deja una respuesta