Por Sebastián Guerra
Hay una canción de Andrés Calamaro que dice “soy el remedio sin receta y tu amor, mi enfermedad”. Eso lo entienden los hinchas de la «U», quienes nuevamente llenaron su cancha, su templo, como ellos le dicen. Casi 55 mil personas se dieron cita para visitar al amor de su vida y de alguna manera, poder curar esa enfermedad.
La «U» no se juega nada más que un torneo internacional. La Copa Sudamericana hoy es una obligación, pues la Copa Libertadores y el campeonato nacional ya estaban muy lejos. La labor de un hincha es acompañar, alentar y reclamar si es el caso, pero por sobre todas las cosas, la labor de un hincha es estar mucho más en la mala que en la buena.
Los últimos partidos de Universitario de Deportes en condición de local tuvieron la asistencia de casi 130 mil personas que alentaron a su equipo y permitieron a su club recaudar una fuerte suma de dinero por concepto de taquilla.
El rival de turno fue el siempre complicado FBC Melgar de Arequipa. El conjunto rojinegro, campeón del Torneo Apertura y semifinalista de la Copa Sudamericana le puso un fuerte desafío al cuadro crema. Tal fue el partido de complicado que le arruinaron la fiesta a los locales.
La previa del partido fue un estadio que rugía y una fiesta tribunera impresionante. Humo de color crema fue lanzado, igual que papel cortado y globos gigantes. El marco no podía ser mejor para motivar a un plantel que tenía que ganar de manera obligatoria, pero esto no fue lo que pasó. Los cremas no mostraron gran capacidad de ataque y sorpresa para vulnerar la defensa de Melgar, quienes se pusieron en ventaja con gol de Martín Pérez Guedes ante un sistema defensivo que dio claras ventajas en todo el partido.
El empate transitorio de Alberto Quintero, quien, mediante un gol de muy buena factura, hizo saber que iba a jugar un buen partido y que, ante los rumores de una posible salida, se despediría bien del club.
Los arequipeños se quedaron con 9 jugadores ante las expulsiones de Horacio Orzán y Jean Pierre Archimbaud. Sin embargo, los de Ate no tuvieron creatividad para poder penetrar una defensa que siempre se mostró clara y segura. Universitario no puso en aprietos a su rival de turno y lentamente comenzó a desesperar a una hinchada que se mostró muy impaciente.
Entre reclamos y aplausos, los hinchas de la «U» se mostraron muy contrariados por el rendimiento de su equipo. Ellos mismos mostraron su mejor versión y la peor en una sola tarde, pues todo el aliento que brindaron se vio borrado por un desadaptado que tiró un plátano a Kevin Quevedo.
Con el resultado final, la U se despidió de toda chance posible de llegar a ser campeón del torneo clausura. El equipo mejoró tras la llegada de Carlos Compagnucci, pero sigue mostrando flaqueza defensiva en medio de una insistencia con la zaga central Alonso-Quina, la cual no dio resultados en todo el año. Universitario sigue pagando el mal armado de plantel que se hizo a principios de año y la mala elección de entrenador. Más allá de la racha de 10 partidos sin perder, el hincha está disconforme con su entrenador. ¿Se le acaba el crédito? ¿Seguirá como entrenador la próxima temporada? La U, por lo pronto, ya trabaja en la próxima temporada. Una en la que espera ser campeón nacional luego de 10 años.
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