Por José Manuel Quintana
La semana pasada en Buenos Aires, Juan Pablo Varillas alcanzó el culmen de su carrera al vencer al austriaco Dominic Thiem (campeón del US OPEN 2020) en octavos y al italiano Lorenzo Musetti (actual 18° del mundo) en cuartos. El británico Cameron Norrie frenó al peruano en semis del torneo bonaerense. La primera raqueta nacional escaló 20 puestos en el ranking ATP y se ubicó en la casilla 81, un paso gigante para sus grandes aspiraciones a corto plazo: Indian Wells y Roland Garros. Para alcanzarlos debe mantener el buen tenis que ha venido jugando y la resiliencia que lo caracteriza.
Juan Pablo ya es, oficialmente, el cuarto mejor tenista peruano de la historia al ser 81° del mundo, solo siendo superado por Luis Horna (33° en 2004), Pablo Arraya (29° en 1984) y Jaime Yzaga (18° en 1989).
Esta semana, ya instalado en Rio, Juan Pablo Varillas derrotó al francés Hugo Gaston en la R1 y debía superar un nuevo escollo, el campeón del ATP 250 de Córdoba de este año, un viejo conocido: el novel y explosivo Sebastián Baez. La última vez que se vieron mal las caras en una cancha de polvo de ladrillo fue victoria para Báez en Santiago.
En un partido lleno de emociones, el argentino y el peruano ofrecieron un encuentro de primer nivel. El primer set parecía resuelto al estar el argentino de 22 años 5-1 arriba; sin embargo, Juanpi, osado, se repuso y salvó tres sets points. El partido se puso 5-5. Qué locura lo del peruano. Lamentablemente, el primer set se lo terminaría llevando el campeón de Córdoba. En casi un calco del primer set y con la falta de efectividad del argentino a la hora de sentenciar el partido, el tenista nacional logró la paridad en el segundo set al estar increíblemente 5-2 abajo. El peruano, envalentonado y de vuelta en el partido, forzó el tie break, pero Báez reaccionó y se llevó el segundo set, junto con el pase a cuartos con parciales 7-5 y 7-6(6) en un partido vibrante.
La primera raqueta nacional se ha convertido en uno de los bastiones, junto a Diego Elías, Christian Pacheco, Kimberly García y Gladys Tejeda, del deporte nacional.
Juan Pablo Varillas dejó buenas sensaciones en estas últimas dos semanas en Buenos Aires y Rio. Tiene una gran capacidad para responder positivamente ante la adversidad, algo que dejó muy claro los últimos días y frente a Zverev en Australia. Después de la derrota frente a Báez, el tenista peruano tiene algunos días libres para recargar energías y empezar de la mejor manera el ATP 250 de Santiago la próxima semana. Se vienen días cruciales para Juanpi, quien observa con buenos ojos al Masters de Miami y al Grand Slam de París.
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