Por Shiara Paucar
La atleta Kimberly García ha tenido un gran rendimiento en su carrera el último año, en 2022 cerró un año exitoso con nominación mundial a la mejor atleta del año. Ella es la abanderada de un deporte que en Perú todavía es un misterio: la marcha atlética.
La huancaína, de 29 años, que creció en los andes de la sierra central, allá donde el oxígeno escasea. Una jovencita que ha logrado un hito en Europa. En la competencia de los 35 kilómetros, en Eslovaquia, logró un tiempo de 2 horas 37 minutos 44 segundos. Una marca histórica que la World Athletics, la institución que rige el atletismo, considera un nuevo récord mundial.
Su momento de gloria es un premio a una trayectoria no exenta de caídas. En el 2016 dejó el deporte durante algunos meses tras alcanzar el puesto 14 en los Juegos Olímpicos de Rio. Fue su manera de protestar por no recibir apoyo estatal ni privado para competir en la élite. García retornó por todo lo alto en los Panamericanos Lima 2019, donde obtuvo la medalla de plata, pero se desplomó en Tokio 2020 al no poder acabar las competencias.
Kimberly ha contado en más de una ocasión, que entró en un cuadro de depresión. Asimismo, pensó en retomar sus estudios inconclusos en administración y alejarse de las pistas. Pero el apoyo de su familia, sumado al soporte psicológico que lleva desde entonces, y la asesoría de su entrenador, el ecuatoriano Andrés Chocho, han encaminado a Kimberly García hacia la cumbre de su deporte.
La marchista peruana Kimberly García cerró su magnífico 2022 con una nominación a la mejor deportista del año que realizó World Athletics. La bicampeona mundial estuvo en el podio entre las cinco mejores atletas del planeta, donde la norteamericana Sydney McLaughin fue elegida como la mejor del 2022.
García, ha dejado en alto al Perú, en un hecho sin precedente e histórico para el deporte peruano, se coronó por partida doble el título mundial en la marcha atlética donde logró la medalla dorada en los 20km y 35km en marcha atlética.
Su grandiosa actuación la llevo a ser nominada entre las mejores atletas del mundo y estuvo presente en Montecarlo y donde se encontró con las grandes personalidades del atletismo mundial, como la representante de Jamaica Shelly-Ann Fraser-Pryce ganadora de los 100 metros, la venezolana Yulimar Rojas campeona de salto triple, la nigeriana Tobi Amusan campeona en las 100 vallas y la ganadora Sydney McLaughlin ganadora de las 400 vallas.
A pesar de haber llegado a lo más alto en un torneo mundial, Kimberly García no recibe el apoyo necesario para continuar su preparación. Sin el soporte económico e incondicional de su familia, Perú no tendría dos medallas mundiales en marcha atlética. García ha manifestado lo siguiente: “Agradezco muchísimo a mi familia porque ellos han apostado por mí”. Asimismo, ha mencionado en algunas entrevistas el respaldo de su familia; tal vez, me hubieran dicho mejor dedícate a estudiar, porque es lo típico que dicen muchas. “Sin embargo, mi familia siempre me ha apoyado. Incluso cuando ya había logrado ganar en campeonatos sudamericanos y panamericanos, y no había apoyo de las empresas privadas y en el IPD todo era muy reducido”, dijo.
El sueño de Kimberly es seguir dando logros al Perú, principales objetivos son el Mundial de atletismo en Budapest y los Panamericanos de Santiago 2023, el camino que la llevará a buscar una medalla en París 2024.
La huancaina con porte de bailarina de ballet, pasa sus días en las inmediaciones del estadio Mariscal Castillo en compañía de sus perros Chanel y Chanela. Aunque lo más importante para Kimberly García son sus padres José Antonio y Gabriela, humildes confeccionistas que han estado a su lado cuando los ha necesitado.
García es una luchadora que va en busca de sus sueños, con una motivación como la que se tatuó en su antebrazo y lo tiene marcado en la piel: Familia donde la vida comienza y el amor nunca termina.
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