Por Juan Camilo Ochoa
El técnico catalán Pep Guardiola revolucionó la forma de entender el fútbol de posesión con su llegada de Barcelona como técnico del primer equipo en el año 20008. Los títulos, los récords rotos y los jugadores nacidos a partir de está filosofía, son la evidencia y el legado de un entrenador que ha marcado época, convirtiéndose así en el mejor técnico del mundo y uno de los mejores de la historia.
El juego de posesión y el balón en los pies dominar al rival, siempre fue el más atractivo de ver, por ejemplo, con la propia selección de Brasil con su Joga Bonito o la naranja mecánica de Cruyff. Este estilo de juego requiere de una precisión y técnica en el pase, además de tomar riesgos en la salida de la pelota, por eso este estilo de juego que enamoró a millones de aficionados, por lo general, no venía acompañado de éxitos deportivos: claro ejemplo las derrotas de Holanda en los 2 mundiales que participó ese gran equipo liderado por Johan Cruyff.
Sin embargo, Pep Guardiola logró instaurar, no solo el juego de posesión de mayor calidad – en partidos de la liga superaba el 80%- sino que convirtió ese recital de violines en una tocada mortal que se imponía ante cualquier estilo de fútbol. Ni siquiera su rival antológico como lo es el luso José Mourinho pudo hacerle frente con su Real Madrid a ese Barcelona liderado por los chicos de la Masía, pero sobre con el Pep a la cabeza.
Las tres “P” del Pep
La leyenda francesa, Thierry Henry, fue parte de esa glorioso Barca durante 3 temporadas y al ser cuestionado sobre el estilo del Pep lo definió así. “Pasar el balón, mantener la posesión y el juego de posición, se trata de defender alto, ejercer presión sobre la salida del equipo rival y robar el balón lo más rápido posible. Para él, ganar es una consecuencia de jugar bien, respetando su plan y manteniendo la posesión y el juego de posición.”
Lo que deja en claro con estas declaraciones es que los resultados o los marcadores abultados no son lo que motiva a Guardiola. Mantener el estilo de juego – ya sea en la derrota o en la victoria – es lo esencial para el actual técnico del City. La posesión y la eficacia en el pase son mandamientos ya establecidos en el estilo de juego de Pep durante los grandes encuentros, pero lo que hay detrás en los entrenamientos y fuera de ellos también son dignos de destacar.
La disciplina y la preparación exigida por Guardiola a sus jugadores también fue fundamental para instaurar su estilo de juego en los tres equipos distintos que ha dirigido a lo largo de su frutífera carrera. «Aprender lo que esperaba el técnico de su forma de jugar, poner hasta la última gota de energía en los entrenamientos, poner total atención a todos los detalles y saber la atención que le pone al trabajo defensivo”. Estas palabras de Henry dejan en claro lo detallista y meticuloso que era para llevar a los jugadores a su máximo potencial, sobre todo en el apartado defensivo siendo el balón su principal arma para defenderse de los ataques rivales.
Formación y jugadores
La formación preferida por el técnico catalán es sin duda el 4-3-3 con los tres futbolistas de ataque intercambiando posiciones y instaurando la figura del falso nueve para así evitar cualquier referencia en el ataque. Lionel Messi y Phil Phoden son algunos jugadores “creados” por el Pep para cumplir esta función, siendo el argentino el que más provecho le saco a dicha posición.
En el apartado defensivo, la figura del portero toma mucha más importancia, ya que el arquero es el primer responsable de sacar jugando la pelota. La toma de riesgos es evidente, pero el buen pie de sus porteros es un requerimiento para armar la línea defensiva. Cancerberos de la talla de Manuel Neuer o Ederson Moraes han sido las “víctimas” de este planteamiento, en donde están más expuestos al fallo.
Finalmente, el mediocampo es esencial para entender el estilo del Pep. En esa zona de la cancha está la sala de maquinas del catalán, en donde la figura del pivote defensiva es la más importante, ya que a sumándole a sus tareas defensivas, ellos son los encargados de ser el nexo entre defensa y delantera, cubriendo gran parte del terreno de juego y dominando el medio campo a punta de pases y elegancia. Los jugadores más representativos de esta filosofía son Sergio Busquets y Joshua Kimmich, ambos medio centros creados por el Pep y que en su tiempo se convirtieron en lo mejor de lo mejor por su tarea discreta pero difícil.
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