Por Diego Zapata
A diferencia de lo habitual, en este caso, una liga en particular se ha apropiado del deporte y no el deporte de las ligas distintas. Por lo tanto, si hablamos de fútbol americano, tenemos que hablar de la NFL con prioridad. Como toda liga deportiva exitosa, la NFL no solo queda reducida a lo que sucede en el campo de juego o en las oficinas tensas de cada franquicia. Al hablar de un deporte, o en este caso de una liga, exitosa, significa, también, hablar de pilares de la sociedad. De entre todos los aspectos que abarca, hablaré de los cuatro contextos más importantes para mí. En un contexto de globalización, lo económico posee el rol más primordial.
Según Forbes, en el 2013, la NFL era la liga más lucrativa del mundo. Eso nos debería hacer reflexionar mucho sobre la diferencia con sus homónimos en otros países. No obstante, esta situación no ha hecho más que mejorar. El pasado marzo, la Liga Nacional de Fútbol Americano aseguró su título firmando un contrato con las televisoras más importantes del país estadounidense para recibir alrededor de diez mil millones de dólares por temporada desde 2023 según el diario La Tercera. Asimismo, cada franquicia aumentó su valor en 14%, llegando a 3,48 mil millones de dólares, según ESPN. Por otro lado, esta liga también alberga un factor cultural e histórico con cada uno de sus estados representados por medio de los equipos. Y no hablo de los colores del uniforme o el logotipo, que también forman parte de, sino de algo mucho más común y mucho más simbólico: los apodos. Por ejemplo, los “Giants”. Equipo de Nueva York y, al igual que todo el Nueva York es grande, sus equipos también debían serlo. De la misma forma ocurrió con los “Steelers”, pues su apodo, acereros en español, proviene de su estado Pensilvania, ya que su principal industria fue el acero en 1940.
Además, la NFL cumple un rol social casi de educador. Recordemos lo que el comisario de NFL mencionó por el 2011: “Los tiempos están cambiando. El ejército está por permitir a las mujeres el combate. Si las mujeres van a ir a pelear al campo de batalla, cómo podemos impedirles participar en el fútbol americano. No es justo. La NFL está abierta ahora a todos los jugadores, con independencia del género”. Un discurso esperanzador en la lucha feminista por la igualdad que, lamentablemente, solo quedó en palabras. Hasta el momento, en lugar de reformar tanto el nivel escolar, universitario y profesional del deporte para incluir a las mujeres, las abandonaron a su suerte en la LFL, Legends Football League. La LFL es la liga de fútbol americano exclusivo para mujeres o, mejor dicho, exclusivo para el estereotipo de mujer. Básicamente, la LFL está conformada por 8 equipos de 7×7 en donde las mujeres utilizan lencería y escotes. Evidentemente, este caso es uno de los negativos en cuanto al rol social educador, pues alimenta los estereotipos y la desigualdad. Por último, la NFL aporta ayuda social. Su mayor responsabilidad con la sociedad tiene por nombre “A Crucial Catch”. Esta iniciativa surgió en 2009 y se trata de una campaña de concientización del cáncer de mama a nivel nacional. Prioriza darles la debida importancia a las revisiones anuales de mujeres mayores de 40 años y facilita su tratamiento. Asimismo, lucha con concientizar y erradicar otros tipos de cáncer. No obstante, lo “crucial” de este evento es la recaudación de fondos. Desde 2009, han recaudado más de 22 millones de dólares para la Sociedad Estadounidense del Cáncer. Del mismo modo, la liga más lucrativa del mundo apoya a distintas causas como: “NFL Salute to the service”, “NFL Health and Safety”, etc. Cómo se evidencia, la NFL abarca más que solo fútbol americano a lo largo de su historia.
Si usted sigue “el deporte rey” con mucha pasión, sabrá lo desilusionante que era, y es, cuando un partido se cancelaba por jugadores o parte del STAFF contagiados de coronavirus. Ahora, ¿puede creerme si le digo que en la NFL no se canceló ningún partido durante el 2020? Para ello, primero, jugadores y STAFF técnico adaptaron sus vidas por completo. La familia de los jugadores tuvo que seguir el estricto protocolo, los técnicos de los equipos planeaban sus estrategias de forma virtual y algunos miraban los partidos desde su hogar y los jugadores entrenaron desde sus casas y, algunos, realizaron su primer encuentro de la temporada sin practicar con el grupo. Hubo mucho cuestionamiento sobre si se debía jugar la temporada en ese año, pero, paradójicamente, la liga los protegió más y mejor de lo que hubieran podido los jugadores por su propia cuenta. Realizaban pruebas anti-covid diarias, los jugadores no pisaban hoteles ni se transportaban en sus automóviles y tampoco los compartían. Por el lado de la liga, se crearon equipos especializados encargados de rastrear y descifrar el método de contagio entre los jugadores y STAFF de cada franquicia. Asimismo, ahondaron en que los jugadores tuvieran el mínimo contacto entre ellos antes de cada juego. El dato muestra que las interacciones solían ser de 6 segundo o menos. Gracias a ello, los juegos no fueron eventos de propagación o super propagación. Y para acercarnos a la perfección, la NFL sí permitió ingreso al público a los estadios, de algunos equipos, desde el primer juego, aunque, evidentemente, el aforo se redujo. De los aproximadamente 17,26 millones de aficionados que asistían a una temporada regular, solo fueron 1 millón en el 2020. Para respaldar todo este excesivo control, la NFL invirtió más de 100 millones de dólares. Y aun así logró superar sus metas económicas. Esto se debe a que la economía de toda la NFL se puso en los grandes contratos que realiza con las cadenas de TV, y por largos periodos de tiempo (10 años), y no tanto en el merchandising o la asistencia a los estadios. Por ejemplo, los Packers fueron uno de los equipos que no tuvieron la dicha de tener público en su estadio. Como ellos, la no asistencia de público representó una pérdida de 5 mil millones de dólares, pero la NFL tuvo alrededor de 9 mil millones para repartir entre las distintas franquicias por los contratos con las televisoras que las vende como un paquete. Es decir, todas las franquicias reciben la misma cantidad de dinero. En cuanto al público, el año 2020 fue de los más retadores para la liga. Ahora, su misión era ser más atractiva para que todo el público que iba a los estadios también quisiera ver los partidos por televisión.
Y esta prueba comenzó con la más dura. Con un Draft a puerta cerrada. Reestructurar el Draft implicaba también reestructurar las tradiciones sociales, culturales e históricas que lo acompañaban. El Draft virtual se tendría que vivir con la misma experiencia para jugadores, técnicos, STAFF y público. Por ejemplo, los bares y restaurantes de cada ciudad o estado ya no podrían alojar a los miles de espectadores que acudían a sus puestos para disfrutar en comunidad o desilusionarse de la misma manera. O, no hubo el clásico abucheo a Roger Goodell. La identificación con sus ciudades, en este caso acudiendo a los establecimientos o puntos de encuentro clásicos, se vio afectada y reestructurada. No obstante, el Draft superó récords de audiencia. Fue uno de los eventos más vistos en Estados Unidos y subió en audiencia un 16% con respecto al año anterior. Ello le permitió seguir con total normalidad el “Crucial Catch”. Las cifras de acceso público son del “Youth Crucial Catch”. Según el portal de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, se recaudó 43,787 dólares solo en donaciones. Cabe resaltar que la venta de productos se realizó vía online.
Después de un gran reto como fue el año 2020, el presente año parece volver a la normalidad, al menos en el ámbito deportivo para la NFL. La primera buena notica viene por el lado social-educador de esta liga. Si hace unas líneas atrás criticábamos el abandono deliberado hacia las mujeres, también es justo reconocer cuando se realiza lo correcto. La desigualdad de género es un problema que no se soluciona solo con el deporte. Sin embargo, este ámbito puede rescatar y fortalecer la lucha. En el último Super Bowl, Sarah Thomas fue la primera mujer en arbitrar dicho escenario.
Por otro lado, como una forma de globalizar más este deporte, la NFL y la European League of Football han cerrado un acuerdo de colaboración. Básicamente, la NFL acepta cederle los derechos de los nombres de los equipos de la antigua NFL Europa; importante anuncio para el romanticismo de los fanáticos y para familiarizar este deporte al mundo.
Y después de esta pequeña reflexión sobre la NFL y cómo se adaptó, con sus distintos aspectos, a la pandemia de la Covid-19, podemos concluir con lo siguiente: en primer lugar, esta liga, a pesar de ser muy popular solo en Estados Unidos, maneja una fuerte cantidad de dinero. Sus ingresos, y el porqué de no haber sufrido con la pandemia, se deben a los derechos de televisión que fortalecen a las franquicias por igual. En segundo lugar, a nivel deportivo y administrativo, la NFL tomó una serie de medidas drásticas y fundamentales para garantizar el buen desarrollo de la temporada 2020 y no ver afectado sus ingresos con la falta de público o la inversión para controlar a los contagiados; hecho que consiguió mantener el apoyo social económico. En tercer lugar, esta adaptación, también, significó una reestructuración en la tradición social e histórica de acompañar la liga por parte de los aficionados. Ya no solo por no poder ingresar a los estadios, en algunas situaciones, sino que el Draft se vio obligado a mudarse a la virtualidad. Con ello, reuniones y costumbres locales se perdieron. Por último, el futuro de la NFL parece ser el de la mundialización del deporte, o a eso aspiran, con el pacto entre la NFL y la European League of Football y, bajo mi punto de vista, un intento de asociar el deporte con ambos géneros, aunque recién se ven los primeros cimientos de dicha intención.
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