Por Juan Camilo Ochoa
El domingo 24 de octubre el mundo del fútbol fue testigo de una nueva edición del clásico español: Real Madrid se impuso sobre el Barcelona en un partido que – en la última década – ha estado acaparando los calendarios del mundo futbolero y marcado en los calendarios de los fanáticos como una fecha imperdible. Sin embargo, la realidad dicta que a los Barca contra los blancos les ha afectado de sobremanera el paso del tiempo, la ausencia de figuras importantes como las de Messi y Cristiano deja tocado la imagen antológica un clásico que cada vez brilla menos
La última vez que un clásico español estaba carente de Messi y Cristiano fue en la temporada 2008-2009. Ambas mega estrellas del fútbol mundial no estuvieron presentes luego de trece años batallando codo a codo para alzarse con la victoria, en lo que años recientes siempre se ha denominado, como la mejor rivalidad del fútbol moderno.
Carencia de estrellas
La ausencia del astro portugués y el mago argentino no fueron las únicas para esta edición. Ambos equipos han visto debilitado su plantilla en los últimos mercados de transferencias. Por el lado del Madrid, han perdido a figuras importantes como las de Sergio Ramos, capitán histórico del Madrid, y la de joven promesa noruega Martin Ødegaard.
En casa blaugrana la situación es más grave, ya que las salidas como las del astro francés Antoine Griezmann, el volante bosnio Miralem Pjanic y los jóvenes Illaix Moriba y Konrad de la Fuente han dejado a la plantilla del Barcelona con muy pocos efectivos teniendo que recurrir a la Masía para suplir esas bajas.
Los banquillos discutidos
No solo las plantillas de ambos equipos no son las mejores del mundo, sino que sus directores técnicos tampoco pasan por un buen momento. En la casa blanca para esta temporada decidieron llamar a un viejo conocido como Carlo Ancelotti, autor de la décima Champions. El arranque del italiano ha sido irregular más por el juego que por los resultados, pero partidos como el del Sheriff le han dejado tocado a él y a su disposición táctica.
Los culés por su parte han optado por seguir apostando por el técnico y exjugador blaugrana Ronald Koeman. El neerlandés, que se hizo cargo del equipo desde la temporada pasada, ha estado en el ojo de la tormenta mediática, ya sea por sus declaraciones tomados como pesimistas desde Cataluña o los resultados bochornosos como las goleadas en Champions a manos del Bayer y Benfica, sumado esto maneja un estilo de juego muy distante del ADN Barca.
Pocas estrellas mucho talento joven
El Barcelona paso por una crisis económica sin precedentes, debido a la lamentable gestión de Josep Bartomeu como presidente del club blaugrana. Joan Laporta asumió como nuevo presidente a principios de año, con la misión de mejorar la economía del club las salidas del Barcelona fueron inminentes, figuras como Messi y Griezmann se fueron del club haciendo que el mismo volteara a ver a la Masía para reforzar al primer equipo.
Frenkie de Jong, Ansu Fati, Pedri, Gavi, Nico González, Araujo y Baldé son solo algunos nombres que han dado el paso adelante para hacerse un hueco en la plantilla blaugrana, siendo Ansu Fati el sucesor del 10 de Lionel Messi y el llamado a ser la nueva estrella del fútbol.
El Real Madrid por su parte ha comprado a jugadores jóvenes como Vinicíus Junior, Rodrygo Goes, Federico Valverde, Gutiérrez y Mendy son las promesas del mañana blanco liderados por el extremo brasileño Vinicíus Junior, que ha tenido un muy buen inicio de temporada.
Lo que es verdad es que los clásicos españoles jamás serán los de antes, pero espectáculos futbolísticos como el del domingo nos dejan con la esperanza de que ambos gigantes europeos pueden brindar un gran partido sin la necesidad de tener a los mismos grandes nombres de siempre.
La verdad es que comercialmente el clásico es de los partidos más rentables de la temporada europea, pero si habrá que a ver una mejoría en los rendimientos tanto individuales como colectivos de ambos para que pueda volver a su estatus de ser considerado el mejor partido del año.
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